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30 octubre 2024
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FRANCISCO JAVIER RAMOS / El patrimonio invisible

Huellas todas ellas de un pasado que nos permiten vencer al olvido y sacar a flote la memoria, recordándonos cuál es el significado más indefinible e inasible de Sigüenza.

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El patrimonio histórico, artístico, cultural y natural de Sigüenza es sin duda abrumador tanto en cantidad y variedad como en calidad. Pero cuando se profundiza en el estudio de su pasado es fácil darse cuenta de que el patrimonio visible es sólo una parte del inmenso valor de una ciudad como Sigüenza. Hubo en otros tiempos un legado, hoy invisible, que existió, se apreció y dejó su huella en obras y artistas posteriores que sí pudieron conocer este patrimonio invisible para nosotros.

Diversos avatares históricos, que no tenemos tiempo ahora de recordar, son los que nos han impedido disfrutar de estas obras, unas veces porque fueron sustituidas por piezas más modernas, otras por la ola destructiva de robos y de guerras. En Sigüenza, existen ejemplos magníficos de todas estas circunstancias. Como muestra de este patrimonio invisible cabe recordar el olvidado retablo gótico que el cardenal Mendoza encargó para decorar el altar mayor de su catedral más querida, la de Sigüenza. De él solo restan leves huellas en forma de huecos para sujetarlo a los muros del templo o en forma de registros documentales de su desmantelamiento y sustitución en 1612 por el actual retablo clasicista de Giraldo de Merlo.

Se conservan obras que fueron parcialmente destruidas por la fuerza de las armas, como el púlpito de Martín de Vandoma del crucero de la catedral. Esta obra la podríamos calificar, continuando la metáfora, como semivisible. Otras obras también semivisibles, aunque perdidas, han quedado protegidas del olvido, como pálidas sombras de bromuro, en fotografías antiguas que nos muestran cómo eran el castillo o el acueducto.

Huellas todas ellas de un pasado que, si lo sabemos percibir, nos permiten vencer al olvido y sacar a flote la memoria, recordándonos cuál es el significado más indefinible e inasible de Sigüenza: dejar constancia del paso inexorable del tiempo y a la vez dejarlo detenido entre sus calles.

F. Javier Ramos Gómez
es Profesor de Enseñanza Secundaria
Doctor en Historia del Arte