El Gobierno de Castilla-La Mancha ha declarado como Fiesta de Interés Turístico Regional la Procesión Recogida de la Cera de Brihuega, tal y como se recoge en la resolución que este martes publica el Diario Oficial de la región.
La festividad, que se celebra de manera anual en la tarde del 14 de agosto en el municipio, se remonta a la Edad Media en un festejo que une la tradición religiosa y el festejo popular.
Durante la procesión, las autoridades locales comparten camino con la banda de música y la Cofradía de la Virgen de la Peña y junto a ellos procesionan también los gigantes y cabezudos, que con sus varas de mimbre hacen correr a los niños y niñas de la localidad.
Espliego y cera
Cada miembro de la cofradía lleva en su mano un ramo de espliego y una vela apagada, junto con el cetro del cargo que ostentan dentro de la directiva de la cofradía.
Desde el Ayuntamiento de Brihuega, la concejala de Turismo, Susana Rodríguez, ha señalado que esta declaración supone «la oportunidad perfecta para que los castellanomanchegos descubran una tradición preciosa, cargada de simbolismo y alejada de las formalidades propias de una ceremonia religiosa tradicional, una fiesta alegre y divertida a la que acudir para disfrutar en familia».
Por su parte, el alcalde, Luis Viejo, ha agradecido a la Junta la consideración y resaltado «el esfuerzo personal de nuestro equipo de Gobierno para conseguir este reconocimiento, que pone de manifiesto nuestra raíz medieval y multicultural, que celebramos este año con el aniversario de nuestra declaración como Conjunto Histórico Artístico».
Una hermosa leyenda local
El origen de esta peculiar procesión se remonta a la Edad Media, según marca la tradición, al periodo posterior a la aparición de la Virgen a la infanta Elima, hija del rey Al-Mamún, cuando se determinó llevar en procesión la imagen hasta la ermita de Santa Ana, ubicada a unos cuatro kilómetros de Brihuega.
Los fieles compraron a un comerciante judío unos hachones de cera y acordaron, en el trato de la compraventa, pagar únicamente la cera consumida durante la procesión, por lo que pesaron los hachones antes de partir con el compromiso de hacer lo propio a la vuelta, para determinar la cantidad a pagar.
Después de unas horas de procesión, y pese a que los hachones habían estado encendidos durante las horas que duró el desfile procesional, la tradición dice que los hachones no habían consumido ni un gramo de cera.
Esta celebración, que se conmemora cada 14 de agosto en Brihuega, es desde ahora Fiesta de Interés Turístico Regional en Castilla-La Mancha.