“Teniendo agua, tenéis un tesoro”. Alrededor de esta afirmación, el periodista Fernando Ónega basó el pasado sábado su disertación, «Trillo, el milagro descubierto», como principal reclamo del acto de reapertura de Real Balneario Carlos III, en los jardines del histórico establecimiento.
La de Ónega fue una conferencia emotiva, cercana y trabajada que hizo enmudecer a las más de 200 personas que asistieron al evento en cuanto su profunda voz comenzó a resonar a orillas del río Tajo, en una tarde de sofocante calor.
El concejal de Barrios y Economía y sobrino de Fernando Ónega, Eduardo Cernuda, presentaba al periodista y su ponencia, en una mesa a la que además estuvieron sentados el alcalde de Trillo, Jorge Peña, el arquitecto que firma el nuevo diseño interior del balneario, el italiano Maurizio Bernabei, y el propio Ónega. También agradeció su presencia a todos los asistentes y autoridades, con un recuerdo muy especial para los trabajadores de Trillo Gestión Municipal, los empleados del Real Balneario y El Colvillo, “que han estado a la altura durante estos dos últimos años muy duros y que sin ellos esta reapertura no hubiera sido posible”.
Cernuda presentó a los ponentes e introdujo el objetivo de valor turístico de la reapertura del Real Balneario citando al Nobel Camilo José Cela, de cuya primera visita a Trillo se han cumplido en estos días 76 años. “En su primer viaje, Cela escribió que la Alcarria es un hermoso país al que a la gente no le da la gana de ir. En su segundo viaje, años después, cambió la frase diciendo que a la gente ya le va dando la gana de ir. Pero nosotros queremos que la Alcarria sea un lugar para ir y repetir y creemos que gracias a la labor de divulgación que personas como Fernando han estado llevando a cabo en los últimos 76 años se ha producido un enorme cambio”.
Antes de dar la palabra a Maurizio Bernabei, Cernuda terminó su presentación agradeciendo la presencia y el trabajo de Fernando Ónega que, “de forma generosa y altruista, ha accedido a participar en el acto de reapertura de hoy”. “Me consta que Fernando siente un gran amor por esta tierra, pues tiene una vinculación sentimental y personal hasta este municipio y sus gentes”, aseguró Cernuda.
El ‘restyling’: trasladar los colores de la naturaleza al interior del hotel
Maurizio Bernabei ofreció brevemente los detalles del restyling llevado a cabo en el interior del hotel balneario. “El gran reto de este proyecto ha sido dar nueva vida a un espacio con una estética muy impersonal, demasiado aséptico y muy poco acogedor, con un diseño quizás más adecuado para un hotel de un aeropuerto de los años 90 que para un hotel de un balneario en plena naturaleza”.
En este sentido, el diseñador explicó que su principal objetivo ha sido “trasladar los colores de la naturaleza alrededor, dentro de los ambientes del hotel, y transformar cada rincón en una experiencia de relax”. “He recreado un paseo alrededor de un invernadero imaginario con una naturaleza rebosante: plantas que sobresalen de las paredes, ventanales iluminados donde antes había superficies oscuras, hacen desaparecer visualmente el volumen central de recepción y cafetería”.
El resultado es un espacio más luminoso y ligero, zonas de descanso junto a jardines verticales, colores que recuerdan a los tonos de la tierra, del campo y del agua y lámparas y techos que invitan a elevarse hasta las nubes.
‘Trillo, el milagro descubierto’
Tras la intervención de Bernabei dio comienzo la ponencia de Fernando Ónega, titulada Trillo, el milagro descubierto. Después de reconocer su amor por esta tierra, por su propia familia en Viana de Mondéjar y por las gentes del municipio, a las que definió como las más entrañables que ha conocido, el periodista comenzó su discurso.
“De vuelta de tantos puertos de la vida, he descubierto lo que es la belleza. La belleza es un regato que cruza un prado. La belleza es un recodo de río. La belleza es una niña que moja sus pies en un charco y la lluvia que alimenta. Y la cascada del Cifuentes en el medio de Trillo, que desmiente el verso de Antonio Machado: Donde el agua sueña, donde el agua muda, resbala en la piedra. Ahí el agua que resbala en la piedra no es muda, es un grito, es el grito de Trillo que se hace oír y se hace retratar. ¿Y el milagro? El milagro será siempre una fuente que mana y no quiero saber por qué, y el gran milagro serán las aguas termales de tantos lugares, y especialmente de éste. Agua dulce del río grande llamado Tajo, que las crónicas viejas decían que venía de oriente como los Reyes Magos, que cruza la península y lleva sabores de las Alcarrias hasta Lisboa y desde Lisboa hasta América, y del regato que nunca llegará a río, pero lo intenta, y del Solana, que es el río pequeño que en el término de Trillo nace y en el término de Trillo muere, pero movió molinos y todavía alimenta los huertos de su ribera. Y del pantano, que ha perdido sus barcos como si fuesen la armada invencible por algún trasvase y algún cambio climático, per
No se dejó nada el veterano periodista y analista político e introdujo en su discurso todos y cada uno de los detalles que hacen esta comarca de la Alcarria tan especial. Integró en su intervención la historia del municipio, sus costumbres, su forma de vida antaño, los gancheros, los molinos, los huertos y arroyos, las cascadas, los recodos y saltos de río; el piragüismo, el ciclismo, las Vacas por el Tajo, las Tetas de Viana; la central nuclear, el desarrollo económico, el futuro turístico y, por supuesto, el balneario y su devenir desde el siglo XVI. Todo, con un claro nexo de unión, un hilo conductor que no ha dejado de brotar de los cuatro manantiales que surten al Real Balneario Carlos III, ni de correr, saltar y rugir por las cascadas del Cifuentes hacia el Tajo: el agua.
“Hasta que llegó lo de Ucrania, que unido al calentamiento global y a la sequía de India puede dejar a la humanidad sin trigo, hasta este reciente momento, se decía que la próxima guerra mundial será por el agua. Por ello, yo digo a mis hijos que tengan siempre un pedazo de tierra en tierra de aguas, y quizá por eso, hay algo más que mi mujer para atarme a las tierras de Trillo”. Y es que el cariño y el conocimiento con el que Ónega habla de Trillo y de todo el municipio tiene un motivo; desde hace 30 años disfruta de momentos familiares junto a su esposa y la extensa familia de ésta en Viana de Mondéjar, lo que le ha permitido recorrer todos los senderos y encontrarse con corzos, ciervos y perdices en sus paseos.
“Digo esto, queridos amigos, para convenceros un poco más de que teniendo agua, tenéis un tesoro; en eso que los cultos llaman de futuros, tenéis uno de los de mayor cotización, la gran materia prima no es el petróleo ni el gas. La humanidad vivió hasta hace poco sin petróleo ni gas, pero no hubiera vivido sin agua, así de sencillo”, añadió Ónega.
En este sentido, el periodista lanzó una pregunta. “A mí me gustaría que el gran debate de este tiempo y en esta tierra fuese el que probablemente ya lo es: ¿cuál debe ser el futuro de Trillo y su municipio en la era postnuclear? No estoy preparado para hacer el menor apunte, pero parto de un principio: hay que optar por ser una parte más de la España vacía, que en días de diario ya lo parece, o el aprovechamiento de su riqueza y atractivos. Veo la gente que hay por aquí los fines de semana y los puentes, y está a tope. A veces sueño con nuevos viajes a la Alcarria, que son mucho más que la obra del Nobel Cela, son una posibilidad. Podían ir a otros lugares, pero vienen a Trillo. Me pregunto si vendrían igual si no hubiera agua”.
Una historia de agua
Ónega recurrió a la bibliografía del Real Balneario Carlos III para recordar los grandes poderes curativos y medicinales de sus aguas termales, aguas que en algunos tiempos gozaron de gran renombre, equiparando sus bondades a nivel de milagro, a nivel de lo que años después sería Lourdes. Así, y haciendo uso de cierto humor en algunos párrafos, el periodista fue desgranando numerosos logros descritos de las aguas de Trillo, algunos más exagerados que otros, que situaron a nuestro balneario en las altas esferas, motivando la visita de grandes personalidades como Jovellanos, miembros de la familia de Cánovas del Castillo, los Duques del Infantado o el Conde de Romanones, “y mi mujer dice que también Carlos III, pero no encontré ninguna huella”, bromeó el comentarista.
“Una historia de glorias y curaciones hasta que llegó la Guerra Civil y lo convirtió en un hospital y cuartel, como algunas iglesias de la comarca, y los muebles, quemados por la necesidad y la incuria, sirvieron de calefacción. Después de la guerra, los propietarios se lo vendieron al Estado, que, como de costumbre, no supo ser empresario; lo convirtió en hospital leprológico femenino, y con las autonomías fue cedido a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y felizmente terminó en manos del Ayuntamiento, propiedad de todos. Habéis sido todos, por tanto, quienes lo habéis recuperado, y volvéis a crear en Trillo el milagro del agua”.
En este punto, Ónega reconoció haber escrito su reportaje con una sola intención: “la de deciros que aquí tenéis un tesoro y es vuestro tesoro. Es el balneario de aguas termales más próximo a Madrid, no hay otro; me decía Eduardo Cernuda que hay hoteles con spa y piscinas de todo tipo, pero sólo Trillo tiene aguas termales y prodigios como las termas romanas y bañeras de mármol de una sola pieza. Y decir aguas termales sigue siendo decir, en tiempos de internet y viajes espaciales, lo que al final más valoramos, que es la salud. Trillo es, vuelve a ser, quiero que sea la villa de la salud”.
“La reconstrucción de este edificio, su moderna rehabilitación, su apertura al público, el conjunto que forma con el centro turístico El Colvillo, estoy seguro de que abre un nuevo futuro a Trillo, estoy seguro de que os traerá nuevas oportunidades de riqueza y de empleo, estoy seguro de que sacará a esta comarca del triste destino de la España Vaciada, y estoy seguro de que aquí empieza a construirse lo que acostumbra a llamarse como desafío el Trillo postnuclear”, terminó Fernando Ónega, despertando un fuerte aplauso del público.
El alcalde, Jorge Peña, fue el encargado de clausurar el acto. Después de agradecer sus intervenciones tanto a Maurizio Bernabei como a Fernando Ónega, Peña citó otra frase de Cela, centrando sus agradecimientos. “El que resiste, gana”, con la que quiso hacer referencia a todos los trabajadores tanto de El Colvillo como del Balneario, “que han sabido aguantar en estos años tan difíciles y que han hecho posible que hoy estemos aquí de nuevo, con las puertas del complejo abiertas”. “Han ganado ellos y ha ganado el pueblo de Trillo porque vamos a conseguir que el Balneario sea un referente en el sector a nivel nacional”, terminó Peña, dando las gracias, “de corazón”, a todos, y cerrando el acto con la entrega de una placa de agradecimiento a Fernando Ónega “por su compromiso y contribución desinteresada al ensalzamiento y promoción de nuestro municipio, Trillo”.
‘Gente Viajera’, de Onda Cero, el domingo desde Trillo
Todavía no habían terminado los asistentes al acto de reapertura de abandonar las instalaciones del Real Balneario Carlos III, cuando Esther Eiros y su equipo comenzaron los preparativos de su programa, Gente Viajera, que Onda Cero emitió este domingo, de 12.00 a 14.00 horas, desde la renovada cafetería del balneario, en presencia de una treintena de personas.
Fue otro de los actos previstos con motivo de la reapertura del Real Balneario y también contó con la participación de Fernando Ónega, que se encargó de leer una muy especial Carta a Trillo, y del alcalde del municipio, Jorge Peña, además de Alicia Benito, jefa de Balneario, o Rubén Martínez Obispo, gerente de Zona Zentro y Trillo Aventura.