Muy entrada la madrugada del domingo se conseguía evacuar hacia el Hospital General a la persona que durante horas había amenazado con suicidarse desde un edificio de siete pisos de altura de la calle Alcalá de Henares. El suceso provocó no sólo la natural conmoción en el vecindario sino también un numeroso despliegue de medios.
Como ha confirmado a LA CRÓNICA el concejal de Seguridad, Chema Antón, se desplegó desde el primer momento un dispositivo conjunto de Policía Local y Policía Nacional más los bomberos del parque de Guadalajara, que resultó eficaz.
Todo se desató minutos después de las 10 de la noche y no concluyó, precisamente en la noche del cambio al horario de invierno, hasta las cuatro y cuarto de la madrugada.
Fue la Policía Nacional la que desde un principió procuró convencer a ese individuo, un hombre de 27 años según las fuentes consultadas, para que no consumara sus amenazas de suicidarse desde lo alto de uno de los bloques de la calle Alcalá de Henares, a cuyo tejado se había encaramado.
Ni la insistencia de los agentes ni la presencia de una autoescala de los bomberos, que también insistieron largo tiempo para calmarle, parecía suficiente como para hacerle entrar en razón. Para lograrlo se insistió, posteriormente, con la participación de un agente de la Policía Nacional especializado en negociaciones de este tipo. En todo momento, el joven demostraba una estado de agitación inusual.
Más tarde, la presencia e intercesión del padre y de un hermano de esta persona facilitaba que se aviniera a deponer su actitud.
Una vez en la calle, fue trasladado en ambulancia al Hospital General de Guadalajara.