El yacimiento arqueológico del Abrigo de la Malia, en Tamajón, celebra este domingo, 1 de septiembre, una nueva jornada de puertas abiertas, que se desarrollará desde las 11.00 a las 13.00 horas.
Con esta iniciativa, los visitantes que hayan cursado previamente su reserva, podrán conocer los vestigios de la ocupación del Homo sapiens en el corazón de la península Ibérica y los trabajos que allí ha realizado un equipo especializado a lo largo de la última campaña y las anteriores.
Este Abrigo de la Malia fue descubierto en el año 2017 durante una prospección. Al año siguiente, en 2018, se iniciaron las excavaciones que han permitido ir recuperando numerosas evidencias de presencia humana, como pueden ser herramientas líticas, restos de animales con marcas de corte producidos por cuchillos de piedra e incluso armas de caza, ha recordado el delegado en Guadalajara del Gobierno regional, José Luis Escudero.
A lo largo del presente año está previsto que continúen las excavaciones en este yacimiento con el objetivo de seguir recuperando elementos que permitan ahondar en el conocimiento de las formas de vida de estas poblaciones y seguir bajando, si cabe, en la secuencia estratigráfica en búsqueda de unidades cada vez más antiguas.
EL HALLAZGO DE LA MALIA DESAFÍA LAS HIPÓTESIS ANTERIORES
Hasta ahora, el análisis de los conjuntos líticos del nivel inferior, el más antiguo, y de los restos óseos hallados dirimen una edad comprendida entre los 36.000 y los 31.000 años de esos hallazgos, correspondientes al periodo Auriñaciense.
En lo que respecta al nivel superior, ha arrojado una edad más moderna, comprendida entre los 27.000 y 25.000 años de antigüedad. Ello sugiere para los investigadores que se dieron repetidos asentamientos en este territorio a lo largo del Paleolítico superior.
El hallazgo de este yacimiento de Tamajón ha contribuido a llenar un vacío en el registro arqueológico de la región, pero también permite rastrear cómo fueron las condiciones climáticas en ese momento y lugar.
La península Ibérica es, sin duda, una región clave en evolución humana, al encontrarse en el extremo suroccidental del continente europeo, que fue refugio para las poblaciones paleolíticas.
De ahí que cuente con numerosos yacimientos que se corresponden con los primeros milenios de ocupación de humanos modernos. No obstante, y a diferencia de las regiones costeras, se consideraba que durante aproximadamente 15.000 años el centro peninsular fue un lugar inhóspito e inhabitable para las primeras poblaciones de Homo sapiens que utilizaban la cultura Auriñaciense.
Este periodo coincide con una fuerte inestabilidad climática, con veloces oscilaciones que derivaron en un enfriamiento paulatino. Sin embargo, en los últimos años nuevas prospecciones y excavaciones en varios enclaves del interior peninsular han puesto en duda esta hipótesis, abriendo la puerta a modelos alternativos de colonización del territorio del mismo.
Y precisamente esa búsqueda ha dado sus frutos en el yacimiento de la Malia, con ese abrigo rocoso localizado en Tamajón, contribuyendo a la reapertura del debate sobre la dinámica poblacional del Paleolítico superior inicial en el suroeste de Europa.