El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha comparecido en rueda de prensa desde la sede de su Gobierno en la capital toledana arropado por la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía y las alcaldesas de Talavera de la Reina y Toledo, Tita García Élez y Milagros Tolón, para celebrar la decisión del Consejo de Ministros de aprobar el Plan del Tajo incluyendo los caudales mínimos al alza en tres puntos del curso medio que permitirán reducir el agua trasvasada al Levante.
García-Page ha celebrado una decisión «histórica» que significa «muchas cosas, y una fundamentalmente, y es que el Gobierno de España ha decidido coherentemente con directivas europeas y sentencias judiciales que el Tajo tenga un caudal mínimo».
Para el presidente, «sonroja» que este río fuera el único de Europa sin este caudal mínimo, pero hoy «empieza a acabar», si bien esto no es «el final de todo».
«Hoy empieza a cambiar de color y tendencia la humillación del Tajo, de las tierras que baña y de su población. Este acuerdo es la ejecución consensuada de las sentencias que han costado años de esfuerzo y perseverancia», ha indicado.
Ha sido en este punto en el que ha recalcado que siempre ha abogado por defender los intereses de Castilla-La Mancha «por encima de los intereses de cualquier partido político», incluso del PSOE.
En tono crítico, ha recordado que en el pasado hubo políticos que aplicaron «golpes» a esos intereses castellanomanchegos.
Ahora, la decisión del Consejo de Ministros «debería hacer avergonzarse a muchos de los que han calificado a esta lucha como humo, como mentira, como una coartada electoral».
Eso, que «duele mucho», además «tiende a ser creído», según el presidente, que ha recordado que en la legislatura en la que el PP gobernó en la Comunidad Autónoma no recurrió ni uno solo de los trasvases autorizados.
Según ha abundado, al PP le sería «muy útil» pedir disculpas. «No lo pido, ni lo quiero plantear. Simple y llanamente lo reflexiono».
La situación en el Levante es «tan necesaria» que no deja de ser «un problema nacional» y España, con dinero para desalación, tendrá que dar solución y acompañar a la población a «encarar el futuro que viene».
Pero, es «evidente» para García-Page, la solución a un problema de una parte de España «no se le puede exigir permanente y exclusivamente a otra parte».
Y para eso, Castilla-La Mancha «empujará para un acuerdo de Estado que dé solución a los problemas y eviten los conflictos».
«El Tajo desemboca en el Atlántico. Esto pone de manifiesto que no puede desembocar en dos sitios. Si entre todos nos esforzamos, creo que podremos encontrar mecanismos para que en el medio plazo haya soluciones que, costando dinero y esfuerzo, puedan conciliar mejor que lo que ha hecho el trasvase de la época de Franco», ha indicado.
AGRADECIMIENTOS AL GOBIERNO
Por contra, ha celebrado que el Gobierno de la Nación y el Ministerio para la Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera hayan llevado a cabo todos los procesos necesarios hasta llegar a esta celebración.
Tanto la ministra como el propio Pedro Sánchez «siempre han dejado claro que en su interés estaba preservar la gestión agrícola en el conjunto del Levante español», si bien «es evidente que con medios diferentes y con una base absolutamente diferenciada de lo que ha sido siempre tradicional».
«La salida cómoda de quitar agua a la España seca y que además no tiene salida al mar para dársela a la España seca que tiene salida al mar» ha sido lo habitual hasta ahora, pero en este caso Castilla-La Mancha «se ha ganado un suelo para el acuerdo». Eso sí, «aquí no acaba todo», ya que no sobra el agua, «más bien al contrario».
Ha hecho extensivo su agradecimiento a los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que han aportado los datos desde el punto de vista de «los que tienen que cuidar del río».
El «hecho elemental» es que el Tajo «necesita agua» y que el cambio del clima precisa «ser generosos» con el agua que hay en disposición, si bien Castilla-La Mancha «va a seguir siendo solidaria» pese a que se cambie la forma de gestionar el agua.
DOS REFLEXIONES PARA ACABAR
Para concluir, ha reparado en que después de 15 años de pelea han sido sentencias judiciales las que han impuesto cumplir con caudales mínimos, lo que no quiere decir que «el mínimo sea el máximo».
A esto, ha sumado que, «frente al ruido, todo aquél que se quiera acercar, tendrá espacio para llegar a consensos en el futuro en cuanto a la gestión del agua en España», si bien serán consensos que «no partirán de la nada, sino de una base sólida».
Cimientos conseguidos «a base de pelear» desde Castilla-La Mancha hasta esta aprobación por parte del Consejo de Ministros.
MARTÍNEZ ARROYO
De otro lado, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha asegurado que desde Castilla-La Mancha hoy es «un día muy feliz», al tiempo que ha apuntado que la defensa de los intereses de los ciudadanos de Castilla-La Mancha pasa por muchas cosas, entre otras, garantizar su futuro. «Y el futuro de la gente de Castilla-La Mancha pasa sin duda por el acceso al agua», ha dicho.
«Hoy se han reconocido los derechos de la España interior, de eso que representa Castilla-La Mancha, esa España muchas veces olvidada en la toma de decisiones», ha añadido el titular de Agua en la región.
Asimismo, ha explicado que el Gobierno de España ha aplicado cinco sentencias del Tribunal Supremo y ha dejado a los técnicos que establezcan los caudales ecológicos, que, según ha señalado, se van a alcanzar de manera progresiva para facilitar la puesta en marcha de la desalación en el Levante.
Para ello, ha afirmado, se van a invertir mas de 800 millones de euros en mejorar la desaladoras, aumentar su capacidad e interconectarlas, «de manera que las desaladoras sean la solución para el regadío en el Levante». «Parece una solución lógica», como también lo es –ha abundado– la inversión de más de 1.000 millones de euros en la depuración de las aguas residuales de Madrid.