Lo ético, en español, es «lo recto, conforme a la moral». No parece que lo que el Ayuntamiento de Pareja y la madrileña asociación «Comunidad Ronronea» han acordado, mediante la firma de un convenio, tenga que ver con la moral sino, más exactamente con la castración de los gatos del pueblo. El asunto se ha presentado, eso sí, como la gestión ética de las colonias felinas del municipio, que es la expresión habitual para presentar este sistema de control de esta especie doméstica.
Según su promotores, lo que se va a acometer es «un modelo ético y eficaz de gestión de colonias felinas que garantiza la protección y el bienestar de los gatos callejeros, elimina los problemas de superpoblación, evita las molestias relacionadas con los felinos, y cuyo fin último es su desaparición progresiva».
Desde el Ayuntamiento de Pareja sostienen que estas denominadas «colonias felinas» tienen su origen en gatos abandonados, extraviados o merodeadores sin esterilizar, «que son producto de la tenencia irresponsable». «Esto, unido al elevado éxito reproductivo de la especie y a una inadecuada alimentación por los ciudadanos, provoca problemas de superpoblación y suciedad en muchos municipios y requiere la implementación de planes éticos de control poblacional con el objetivo de reducir progresivamente su número mediante la esterilización quirúrgica, combinándolo con la protección a los animales, y la higiene. Precisamente esta es la vocación del convenio impulsado por el Ayuntamiento de Pareja, que además viene redoblando la limpieza en las zonas más frecuentadas por los gatos, y que cuenta ya con el asesoramiento de la Asociación Ronronea».
En Pareja ha comenzado ya la captura y esterilización de gatos, que se extenderá a las pedanías y urbanizaciones que sea necesario. La esterilización, aseguran, se hace «usando métodos conformes a las directrices de bienestar animal, intervención veterinaria consistente en castración y marcaje en las orejas, además de reconocimiento del estado general y desparasitación, retorno de los gatos a su colonia de origen, cuidados y alimentación una vez al día en los puntos únicamente por los colaboradores y en los lugares autorizados por el Ayuntamiento para ese fin, siguiendo los criterios establecidos de limpieza e higiene».
Durante siglos, en este y en cualquier otro pueblo de Castilla, los gatos entraban y salían libremente de las casas por las gateras.