Al Palacio del Infantado de Guadalajara hay que ir porque sí o por si acaso. Cualquier razón vale para asomarse al Patio de los Leones y, como en esta ocasión, poder subir hasta la primera planta y recorrer aunque sea durante un rato la exposición de fotografía «Instantes decisivos».
LA CRÓNICA avisó de ella cuando se inauguró, pero uno se malicia que muchos de los lectores aún no se han dado por enterados o han hecho pereza. Craso error.
Esta muestra que ahora acoge el Museo de Guadalajara de forma temporal facilita un acercamiento de lo más didáctico a la fotografía del siglo XX, tanto española como internacional. En esta ocasión, verle los pechos a Marilyn Monroe no tiene nada de rijoso, como tampoco acompañar el paso (por la retaguardia) de unas señoritas en la Gran Vía de los años cincuenta o las muy diversas formas de entender el retrato de hombres, mujeres, niños e incluso paisajes.
Julián Castilla es el que ha hecho de su coleccionismo una recopilación digna de ver, acercándonos a la labor de los fotógrafos en los formatos originales que ellos desearon. Siempre es un placer ver cómo el arte fotográfico se sube por las paredes. Esta vez, también.
Man Ray ocupa un lugar de preferencia, pero hay mucho de todo lo relevante del último siglo. A los aficionados no les descubrirá quizá nada, pero a todos les recordará que más importante que ver es saber mirar. Y de eso hay aquí muchos maestros (Kapa, Korda, Catalá Roca, Massats, Ouka Lele, Doisneau, Centelles…) hasta el 30 de junio.
Si se les pasa el mes y no la han visto, luego no digan que no estaban avisados.
