Los trabajos para demoler el edificio de contención de la central nuclear «José Cabrera» se encuentran ya en su fase final. Tanto es así que los responsables acaban de confirmar que «culminarán a finales de marzo». En la actualidad, ya se ha retirado más del 90 por ciento del muro perimetral exterior. Los cambios son evidentes:
5 millones de kilos de escombros
Hasta la fecha, la demolición de este muro ha generado cerca de 5.000 toneladas de hormigón y más de 800 toneladas de acero al carbono de la armadura del mismo. Estos materiales, «tras su caracterización y desclasificación previa» según la terminología oficial, se gestionan como materiales convencionales. En las cotas inferiores de este edificio, los trabajadores continúan todavía con la retirada de estructuras de hormigón.
El edificio, construido en hormigón armado, albergaba el reactor y el resto de los componentes del circuito primario de la planta. Tenía 40 metros de altura (incluyendo la cúpula) y la pared se levantó con un espesor de 90 centímetros, recubierta en su interior por una chapa continua de acero.
Una vez finalizada la retirada del edificio de contención, comenzará en la segunda mitad de este año la demolición del último de los grandes edificios de la central, el edificio auxiliar de desmantelamiento, que coincide con el que fue el antiguo edificio de la turbina durante la etapa de operación de la planta.
En paralelo, comenzará la vigilancia radiológica final del emplazamiento, apuntan desde Enresa.