Una de las imágenes más poderosas de todo el siglo XX en Europa es la de la célebre Batalla de las Ardenas, con dos ejércitos enfrentados entre la nieve, en pleno diciembre de 1944. Esa hermosa región del este de Bélgica aún es lugar de peregrinación de los amantes de la historia bélica pero, sobre todo, para quienes quieren combinar naturaleza, gastronomía y ciudades con encanto. Y por descontado, el invierno no siempre es tan crudo en Valonia… ni en las Ardenas ni en ninguna de sus otras comarcas.
En este rincón del continente, su célebre cerveza tiene hasta variedades propias de este estación del año, sin que falten los inmejorables chocolates y una más que digna riqueza culinaria.
Los responsables de la promoción turística de la región francófona del país se plantearon para este final de la pandemia animar a los visitantes con la excusa de cuatro colores: el amarillo, el rosa, el azul y el dorado. El primero de ellos ya ha cumplido su objetivo sobradamente, pues hacía alusión a las festividades navideñas y los muy interesantes mercados tradicionales, aquí y allá.
¡Pero aún quedan tres colores para celebrar como se merece el invierno en Valonia!
Colores para conocer Valonia en invierno
El primero, el rosa «hechizante», en alusión a la especial luminosidad de esta época del año para quienes se animan a recorrer la infinidad de senderos disponibles, a pie, en bicicleta, a caballo e incluso en coche. Para no perderse nada de lo mejor, la aplicación Crowdsurfer es una gran ayuda.
El azul «embriagador» no tiene nada que ver con lo etílico, sino con los deportes de invierno, esquí incluido.
Y por último, el «ámbar dorado», como alusión a los alojamientos «calurosos y acogedores». Ahí cabe una amplia variedad disponible, sobre todo de chalés en madera con vistas impresionantes.
Para ampliar información, lo mejor es hacerlo en la web de Turismo de Valonia. Y luego, más que contarlo, vivirlo.