El presidente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, Francisco García, no sabe cómo terminarán la temporada estival pero, hoy por hoy, ha afirmado que la sequía está suponiendo «una catástrofe muy gorda» para la ganadería extensiva de la comarca y está colocando al sector «con la soga al cuello».
«Esto es una catástrofe gorda, gorda, gorda», ha señalado a Europa Press para LA CRÓNICA este ganadero, tremendamente preocupado por una situación que en la comunidad de Castilla y León ya ha conllevado que hayan tenido que matar a unas 14.000 vacas de carne y que en Guadalajara ya se está traduciendo en reses menos desarrolladas por no tener comida.
«No sé cuanto tiempo vamos a poder aguantar», subraya García tras reconocer que ni tienen suficiente comida con la que alimentar a los animales ni pueden afrontar los costes de alimentación que supone suplementar con pienso porque estos «se han disparado».
La mayor parte de los ganaderos de extensiva tanto de vacuno como de ovino están teniendo que suplementar la alimentación del ganado como en invierno, pero muchos lo están haciendo con paja en vez de con forraje porque los costes se elevarían muchísimo, y todo ello mientras bajan los precios de la carne de vacas y de terneros, afirma Francisco García.
Apenas hay ganaderos jóvenes
Así, para el presidente de esta agrupación, está claro que el medio rural «va hacia abajo», algo a lo que no ayuda nada el hecho de que en este momento casi el 50% de los ganaderos de la provincia, especialmente en esta comarca, tengan más de 65 años, una situación que para Francisco García no es nada halagüeña, convencido de que el relevo generacional se torna cada vez más difícil.
Y al problema de la sequía suman también el de los saneamientos ganaderos, la presencia del lobo en la comarca de la Sierra Norte, la subida de los piensos y la bajada de la carne, subraya vehemente Francisco García.
El presidente de los ganaderos se pregunta, además, de qué sirve hacer los saneamientos ganaderos cuando la zona está «apestada» de jabalíes que salen a comer con las propias vacas, lamentando que desde la Administración regional no se ponga una solución «tajante» al control de la fauna silvestre.
«Si no se controla la fauna, esto se va a ir al garete no solo la Sierra de Guadalajara sino toda España», concluye.