El barrio de Iriépal en Guadalajara ha celebrado este sábado, en el marco de la festividad de San Blas, la recuperación de su botarga tradicional, desaparecida hace más de un siglo. Esta es la botarga que nadie había visto desde hace más de un siglo… o una que bien puede sustituirla, ante la falta de referencias concretas.
La botarga de Iriépal ha lucido un traje bicolor en tonos anaranjados y verdes con cencerros, pigmentos escogidos por ser el naranja el color característico de las abubillas –el ave que identifica a los habitantes de Iriépal, conocidos como bubillos— y el verde por asociarse al esparto, un material que está muy ligado a la cultura popular del pueblo.
Junto a los colores de la vestimenta, el uniforme de la botarga se ha completado con una máscara de madera con penacho y pico, con el que ha recorrido las calles de Iriépal jugando a perseguir a los asistentes y repartiendo caramelos.
Desde el Ayuntamiento, reconocen que se trata de una botarga reinventada, pues no queda constancia documental de su ancestral indumentaria, pero subrayan que se ha recreado con todo el simbolismo de la tradición.
La máscara la ha confeccionado de forma artesanal José Pastor, y el traje Ana Masa, que con el verde esparto, también hace un guiño al rodaje de Espartaco en la localidad, que en 1959 colocó a Iriépal en la gran pantalla.
Con la música de la ronda y la botarga, la fiesta ha recorrido las principales calles del pueblo, antes de acabar en la plaza del Lavadero, donde se ha celebrado un concurso de migas, seguida de una discomóvil.