El médico y presidente de FIVIN (Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición), Ramón Estruch, ha afirmado que el vino «consumido con moderación y dentro una dieta mediterránea, en las comidas o cenas, es saludable» y ayuda a proteger «ante ciertas enfermedades, como pueden ser las cardiovasculares».
Eso sí, como ha matizado, «el patrón de consumo es muy importante, hay que incluirlo dentro de un patrón saludable».
El doctor Estruch ha presentado algunas de las conclusiones del Congreso Internacional Lifestyle, Diet, Wine and Health, que tuvo lugar en Toledo, los días 19 y 20 de octubre de 2023 y que se convirtió en un espacio científico de reflexión, debate y colaboración de ámbito internacional para abordar cuestiones tan relevantes como la salud.
Las conclusiones se han presentado este miércoles en la sede del Consejo Regulador con presencia del presidente de la DOCa Rioja, Fernando Ezquerro.
«A pesar de todas las amenazas que ha habido con el alcohol y, en concreto, sobre consumo de vino», el experto e investigador asegura que «dentro de la dieta mediterránea, el consumo moderado de vino en particular» puede tener aspectos beneficiosos para la salud.
El investigador, que lleva estudiando los efectos saludables del vino desde hace más de 30 años, asegura sentirse «sorprendido» ante «todas las amenazas que existen en contra del vino».
Si se hace un paralelismo con el aceite -indica- «el de oliva es una grasa y, hace 20 años cuando era todo ‘antigrasas’, también era negativo pero ahora se le ha dado la vuelta. Con el vino, al llevar alcohol, todavía siguen vigentes esos aspectos menos beneficiosos».
En este sentido ha querido reflejar los resultados de «un estudio que se publicó en la revista The Lancet del Global Burden of Disease Study en 2019, en el cual investigadores de todo el mundo analizaron las relaciones entre consumo de alcohol y la salud y llegaron a la conclusión de que lo ideal sería ‘consumo cero’. Hubo tal revuelo que, con los mismos datos reanalizados dos años más tarde, se llegó a que la ‘curva en jota’ existe y, por lo tanto, que el consumo moderado de alcohol realmente disminuye la mortalidad, por lo tanto, ayuda a una mayor longevidad y mayor salud».
ESTILO DE VIDA SALUDABLE Y DIETA MEDITERRÁNEA
La clave del vino -incide el doctor- «es incluirlo dentro de un estilo de vida saludable y dentro de la dieta mediterránea. Es fuerte la evidencia de que el consumo moderado de vino, tiene efectos en las enfermedades cardiovasculares. Consumir el vino, en una comida, en un contexto, en un estilo de vida saludable y con un buen patrón dietético ayuda físicamente y también al bienestar psicosocial».
Todo esto es posible porque «el vino tiene polifenoles, compuestos químicos que se encuentran en las uvas, que ayuda a protegernos de estas enfermedades». Eso sí como quiere dejar claro «es muy importante el contexto: dieta mediterránea y dentro de un estilo de vida saludable».
Por ello, el científico ha querido hacer hincapié en unas notas «fundamentales» para entender esta relación. «El vino tiene que consumirse con moderación y dentro de un patrón de alimentación saludable. Y esto es especialmente en el tema cáncer. A nivel cardiovascular, el efecto del alcohol en general, y el vino pues mucho más, tiene un efecto protector, y aquí hay pocas dudas. A nivel cáncer sí que han surgido dudas. Nosotros hemos podido ver que el vino consumido dentro de la dieta mediterránea, de forma moderada en las mujeres, reduce la incidencia de cáncer de mama».
Así, prosigue, en el Congreso se presentaron las diferentes formas en que el alcohol puede impactar en el riesgo de esta enfermedad: directa, indirecta y sistémica. «Aunque existe una relación lineal entre el alcohol y el cáncer, el efecto de dosis bajas no es tan claro y es más controvertido».
«Hay datos que demuestran que el bajo consumo de vino no aumenta el riesgo de algunos tipos de cáncer, especialmente en un estilo de vida mediterráneo, contexto en el que se ha demostrado que disminuye el riesgo de cáncer de mama».
¿CUÁNTAS COPAS DE VINO SE PUEDEN TOMAR?
Pero entonces: ¿Cuántas copas de vino se pueden tomar?. El investigador explica que «cambia mucho si tomas una copa de vino al día, dentro de la dieta mediterránea, a si te tomas siete el fin de semana». Lo ideal es incluirlo dentro de la dieta mediterránea: Aceite de oliva -virgen extra-, cereales -integrales- y el otro pilar de esta dieta es el vino con moderación y con la comida».
Sobre si es mejor tinto o blanco, el investigador indica «es mejor el que más polifenoles tiene, es decir, el vino tinto, pero se puede tomar el que a uno le guste. La idea principal es que la curva de la moderación, está vigente a pesar de todas las amenazas que ha habido». Y si es mejor en las cenas o en las comidas, el experto explica que no hay estudios que refieran mejor una que otra.
Lo ideal para el experto es «adquirir buenos hábitos desde que eres joven porque será más probable que los mantengas, hay que defender la dieta mediterránea».
‘CURVA EN FORMA DE J’
Entre las conclusiones del Congreso Internacional, el doctor también ha incidido en que «se reafirma la existencia de una curva en forma de J» para el consumo de alcohol y el riesgo de mortalidad, en comparación con los abstemios.
Esta curva se ha reproducido recientemente en algunos nuevos estudios de gran población, que excluyeron a los ex bebedores o incluso incluyeron sólo a los bebedores actuales, refutando alguna tendencia de opinión más reciente que atribuía los efectos beneficiosos del bajo consumo al sesgo introducido por los ex bebedores, generalmente con peor pronóstico en el grupo de control.
Sin embargo, el efecto beneficioso de dosis bajas es más pronunciado cuando se considera el riesgo cardiovascular, principalmente infarto de miocardio, y también cuando se compara el vino con otras bebidas.
También destaca entre las conclusiones la importancia de mantener una actividad física regular en todas las edades, incluidos intervalos de ejercicio moderado a intenso.
La calidad del sueño ha de ser buena, premisa que ha sido incluida recientemente por la American Heart Association entre los siete elementos esenciales de salud anteriores (dieta saludable, control de peso, presión arterial, lípidos y glucosa, ejercicio y no fumar).
Destaca también el efecto positivo de los polifenoles en la interacción entre el intestino y el cerebro a través de la microbiota.
La reducción del infarto de miocardio podría estar relacionada con el efecto de los polifenoles sobre la trombosis. De hecho, también se destacó el efecto positivo de dosis bajas sobre la incidencia de diabetes o demencia.