Una nueva campaña de excavación en el castro celtibérico de la Hoya del Villar ha vuelto a dar frutos. El emplazamiento estuvo habitado justo antes de la romanización de la Península, en lo que se conoce como segunda Edad del Hierro. De estos restos, ubicados en Villanueva de Alcorón, ya ha dado cuenta LA CRÓNICA en otras ocasiones, como se puede comprobar en el enlace al pie de esta información.
Ahora han llegado a su fin los trabajos planteados en la zona de la puerta de acceso, acometidos para recuperar más lienzo del muro perimetral y resolver las dudas que presentaba la planta.
Estos trabajos, tal y como explican a Europa Press los arqueólogos, sirven para arrojar luz sobre cómo se organizó el castro «desde el punto de vista más defensivo», así como para dirimir la forma de tránsito al interior del núcleo.
En este sentido, la existencia de un bastión a la entrada en forma de brazo acodado reforzada por un torreón, tal y como parece indicar la vista aérea y el derrumbe en la zona, «es un importante descubrimiento que indica una mayor entidad defensiva y constructiva para este castro».
Los habitantes de este emplazamiento aprovecharon que entre el 500 y el 300 antes de Cristo la metalurgia del hierro ya estaba generalizada. Se usaba este metal para la fabricación de armas y útiles agrícolas, lo que a su vez facilitaba un mayor aprovisionamiento de alimento.
El Ayuntamiento sigue siendo el promotor de la iniciativa que está siendo financiada ésta con fondos municipales y con un convenio con la Diputación de Guadalajara, unos trabajos desarrollados por los doctore Jesús Francisco Torres Martínez y Santiago David Domínguez Solera, de las empresas Imbeac y Heroica, dentro del programa de investigación general sobre la castrificación en el Alto Tajo y la Serranía de Cuenca, que tuvo su origen en el año 2021.