Los ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara ya empiezan a tener problemas para dar de beber agua a sus animales debido a la prolongada sequía y algunos ya se han visto obligados a tener que recorrer con su ganado hasta kilómetro y medio o más para encontrarla ya que la de los abrevaderos apenas dura y hay tramos de arroyos y ríos donde tampoco hay.
«Nos empieza a faltar agua y como venga un mes de agosto en el que apriete mucho también el calor, los animales las van a pasar canutas», ha afirmado a Europa Press el presidente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte de Guadalajara, Francisco García, quien ya ha remitido un escrito a la Delegación Provincial de Agricultura, la Diputación Provincial y a algún ayuntamiento para barajar soluciones si no quieren que los pocos que quedan en activo dejen la actividad.
En algún pueblo ya se están planteando «meter los sobrantes de los depósitos de agua a los colectores para poder dar de beber a los animales», ha destacado García, quien ya ha estado hablando con otros ganaderos de Cantalojas, de Galve y Arroyo de Fraguas, donde «la situación es la misma en cuanto a la falta de agua».
Mangueras para el ganado
En su caso, se va a ver obligado a «enganchar las gomas desde la nave» para evitar también que las vacas se vayan a beber a los desagües de los pueblos ya que al no haber depuradores, «sale toda la porquería».
Además, el presidente de la Agrupación de Ganaderos de la Sierra Norte pide también a las administraciones que les «echen una mano» para la compra de abrevaderos móviles ya que los fijos suelen estar donde hay fuentes de las que ya no sale una gota porque se han secado y necesitan mover al ganado. «Algunas fuentes echan menos que el chorro de un botijo», señala.
«Si te van 700 u 800 vacas a beber un día, la jornada siguiente el abrevadero no se ha recuperado», ha abundado el presidente de la agrupación, para quien la situación que vive el campo, y el mundo ganadero en concreto, es muy preocupante, un problema al que se añade la falta de paja y de forraje para dar de comer al ganado y los elevados precios.
Sin descartar, tampoco, que en verano el consumo de carne se suele reducir y eso también hace un flaco favor al sector. «Ahora hay poco tiro porque la gente tira más de comidas refrescantes», ha concluido.