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19 noviembre 2024
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En Castilla-La Mancha seremos un 9% más pobres a final de año

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La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) estima que las economías autonómicas más perjudicadas por el COVID-19 este año serán Baleares y Canarias, por su orientación al sector turístico, así como Cataluña o Madrid, por su composición estructural. Este grupo registrará una caída del PIB del 11,3%, superior al 9,5% que prevé para todo el país. En el caso de Castilla-La Mancha, la caída será del 8,8%.

Así se desprende del documento ‘Impacto de la crisis del Covid-19 en las comunidades autónomas’, elaborado y publicado este martes por Funcas, en el que explica que la pauta sectorial determina en buena medida el impacto de la crisis sobre las regiones este año y conduce a que la respuesta de la política económica «no debería ser tanto territorial como sectorial».

Funcas señala que los servicios de mercado han sufrido un impacto más significativo que la industria, los servicios de no mercado o la agricultura. Dentro de los servicios, los más perjudicados son los de comercio, transporte, hostelería y actividades artísticas y recreativas.

En la rama de las administraciones públicas, sanidad y educación, sin embargo, el impacto probablemente ha sido positivo, explica Funcas, que señala que en el resto de servicios puede haber sido negativo, aunque en menor medida que en el primer grupo.

Funcas explica que Madrid tiene unos rasgos estructurales muy diferentes al resto de regiones, ya que el peso de los servicios más afectados por la crisis es ligeramente superior a la media, pero el peso de los servicios no incluidos en las ramas turísticas ni en el sector público es extraordinariamente elevado dado que suponen un 40% del VAB total (en el resto de comunidades autónomas no supera el 29%).

La caída prevista para estas ramas es inferior a la de los servicios de movilidad, pero también es intensa, por lo que el impacto final es superior a la media nacional.

Castilla-La Mancha, en la mitad

Por su parte, las comunidades autónomas con un menor peso en su estructura industrial de los sectores más afectados y mayor presencia del sector primario o de industrias menos vulnerables sufrirán, en principio, un menor impacto económico.

Entre estas se encuentran Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja, e incluso Andalucía, que logra recuperar parte del terreno perdido por el peso de la industria agroalimentaria. El PIB de este grupo caería el 8,8%.

«Paradójicamente, cuanto más débil sea la estructura productiva, menor será el impacto de la crisis, siempre y cuando el turismo no represente una actividad predominante», explica Funcas, de forma que los territorios menos perjudicados serán los que tienen un peso elevado de las administraciones públicas, así como las regiones con una industria de menor contenido tecnológico o menos orientadas a las exportaciones.

En el caso de Castilla y León, entre las menos perjudicadas por su estructura productiva, se caracteriza por la importante presencia del sector automovilístico, pero también por el fuerte peso de la industria alimentaria, que es de las menos afectadas, y del sector público.

La Rioja cuenta con un peso elevado de uno de los grupos más afectados por la crisis -cuero y calzado-, pero también del sector de alimentación, bebidas y tabaco. Además, tiene la ventaja de una presencia muy reducida del sector servicios -es la segunda región con el menor peso, después de Navarra-, y, especialmente, de los servicios turísticos.

En el resto de autonomías (Aragón, Asturias, Cantabria, Valencia, Galicia, Murcia, Navarra y País Vasco), la evolución del PIB estaría en línea con la media nacional, al caer el 9,6%. Regiones como Aragón, Cantabria, País Vasco, Comunidad Valenciana y Navarra se encuentran en una posición intermedia en cuanto a su estructura productiva.

Según el estudio, la Comunidad Valenciana tiene un sector turístico relevante, pero compensa con un peso más elevado del sector público, por lo que se sitúa entre las regiones que sufrirán un impacto intermedio.

Galicia y Asturias tienen una composición estructural más avanzada que el primer grupo, aunque sin llegar a encajar en el segundo. En cuanto a la primera, algunos de los sectores industriales más afectados por la crisis tienen un peso mayor que la media nacional -textil y confección y automóvil-, pero también es mayor el peso de un sector escasamente afectado, la industria de la alimentación, y menor el de los servicios turísticos.

Asturias, por su parte, tiene fuerte presencia de ciertas ramas industriales -producción, primera transformación y fundición de metales, y productos metálicos- que han sufrido un impacto moderado, así como un menor peso del turismo y uno mayor del sector público.