El Ayuntamiento de Cantalojas acaba de aprobar una ordenanza municipal para regular la altura del arbolado en el casco urbano del municipio. La nueva norma tiene su origen en la preocupación de algunos vecinos y del propio Consistorio ante el gran tamaño que presentan algunos de los ejemplares, sobre todo chopos. La animosidad contra esos ejemplares de gran porte no es sólo por el peligro «potencial» para las personas y los bienes: consideran que hacen un efecto pantalla que impide una adecuada recepción de la señal de televisión, de Internet y de la telefonía móvil.
Altos… pero sin pasarse
Esta normativa municipal limitará la altura del arbolado hasta los nueve metros como máximo. Con esas medidas creen posible hacer compatible «la estética y bienestar asociado a los árboles con la adecuada dimensión de los mismos», a fin de evitar tanto el peligro derivado de su posible caída como los inconvenientes que atribuyen al citado efecto pantalla.
El alcalde este municipio de la Sierra Norte, Sergio Arranz, ha explicado a Europa Press para LA CRÓNICA que han tomado esta decisión porque, debido a la humedad que hay en la zona, «en el pueblo el arbolado crece mucho y hay algunos de grandes dimensiones que al ser también una zona con mucho viento, su caída podría presentar un peligro», que con esta medida quieren evitar.
Chopos contra televisión
Se añade además, ha precisado el alcalde, el problema de que algunos vecinos tienen dificultad para ver la tele o conectarse a Internet porque el propio arbolado, en su mayoría chopos, les impide que les llegue la señal, sobre todo los que viven en una zona concreta del municipio.
El hecho de que se haya decidido redactado una ordenanza específica se debe igualmente a que los requerimientos que se han hecho hasta ahora no han dado frutos y «había que evitar el peligro de que cayeran y causaran daños personales teniendo en cuenta que en esta zona hace bastante aire», añade Arranz.
En tres meses, cortados
Hace unos años ya se retiraron algunos árboles que había en zonas municipales porque suponían también un peligro para el tendido eléctrico. Por ello, a partir de ahora, los afectados tendrán un plazo de tres meses para su retirada o poda, y si no cumplen la ordenanza, que ya ha entrado en vigor, pueden ser sancionados hasta con 500 euros.
De acuerdo a esta norma, «los propietarios de terrenos, construcciones y edificios tienen el deber de mantenerlos en condiciones de seguridad, salubridad, ornato público y decoro, realizando los trabajos y obras precisos para conservarlos o rehabilitarlos, a fin en todo caso, de mantener en todo momento las condiciones requeridas para la habitabilidad o el uso efectivo».
El Ayuntamiento remitirá un requerimiento expreso a cada uno de los afectados por la presente normativa para que tomen las disposiciones necesarias para su cumplimiento y en caso de persistir el incumplimiento, se encargará subsidiariariamente, siendo de cargo del interesado los gastos, daños y perjuicios derivados de dicha ejecución.
Dicha normativa recoge también que los trabajos de tala o de poda mencionados deberán de ser realizados por empresas especializadas o en términos que en todo caso garanticen la seguridad tanto para las personas encargadas de dichas labores como para las edificaciones o bienes que pudieran verse afectados por la caída de los árboles.
El Ayuntamiento de Cantalojas financiará a su cargo el 20% del coste efectivo de los trabajos efectuados, realizándose la aportación de los interesados con carácter previo al inicio los mismos, según figura en la ordenanza.