Aquel autor lo dejó escrito en una obra muy menor, en otro contexto y sin poder barruntar siquiera que andando el tiempo tantos hablarían de fake news en su Castilla: «La verdad de ninguna cosa tiene vergüenza sino de estar escondida».
La frase permanece desde hace muchos años en lo alto de uno de los despachos de LA CRÓNICA. Porque es verdad. O debería serlo. Y, en cualquier caso, es una hermosa forma de hacer de la vida un propósito.
En este 2024 cumplirá este periódico sus primeros 25 años de andadura como digital, manteniendo en pie una cabecera histórica de Guadalajara, que nació en el siglo XIX y embarrancó en el XX. De este modo, LA CRÓNICA se ha mantenido en pie más de lo que muchos predijeron y bastante más de lo que algunos desearon.
«La verdad de ninguna cosa tiene vergüenza sino de estar escondida» dijo aquel, hace cuatro siglos. Lo escribiría con una pluma de ganso mojada en tinta, quizá a la luz de un candil. Ahora lo leemos con vigencia redoblada sobre una pantalla iluminada, tallada en píxeles.
El autor de ese feliz pensamiento no fue ajeno a los escándalos, por los que con toda certeza le perseguirían los biempensantes de hoy, a causa de sus 15 hijos entre reconocidos y bastardos, sus varias esposas y sus innumerables amantes, antes y después de ser ordenado sacerdote, colofón acorde a una vida azarosa entre letras y espadas.
«La verdad de ninguna cosa tiene vergüenza sino de estar escondida», escribió Lope de Vega y a su buen entender nos remitimos, porque ese ha sido el propósito de los muchos redactores que han trabajado en esta casa desde 1999: desbrozar cuanto ha sido necesario hasta encontrar lo más parecido a la verdad, para dárselo a los lectores y que ellos lo aprovechen según su criterio. Sin cobrarles nunca nada a cambio, dicho sea de paso.
Será el 7 de octubre de 2024 cuando se cumpla ese cuarto de siglo de cita diaria, que tanto nos une a los miles y miles que nos siguen cada día. Que están y siguen estando, sin horarios, hasta sumar más de medio millón de visitas al mes a esta que es su casa.
Con este ir y venir de noticias que llegan urgentes y se van rápidas para dejar paso a las siguientes se diría que no hay espacio para el reposo y la reflexión. No es cierto.
- Pretendemos que una de las señas de identidad de LA CRÓNICA siga siendo la elaboración minuciosa de las noticias.
- Aquí escapamos en lo posible del copia pega.
- Nos esforzamos por verificar todas y cada una de las informaciones.
- El periodismo de hechos siempre antes que el periodismo declarativo.
- Preferimos los datos, que comprobamos, al tiempo que concedemos una relevancia muy secundaria a las opiniones, sobre todo las que se emiten sin fundamento, aunque vengan con nombres y apellidos.
- Si otros tragan con la cotidiana propaganda disfrazada de nota de prensa, LA CRÓNICA las pasa todas por el tamiz de una siempre inalcanzable, pero rotundamente necesaria, objetividad.
- Y por encima de todo, atender a lo que es de interés general, por ser el espacio en el que nos movemos, desde el respeto escrupuloso a la libertad individual.
Esas son, entre otras, las guías que han sentado plaza en este periódico tras casi 25 años de ejercicio diario. Se trata de intentar hacer periodismo, algo que no debiera ser tan difícil pero que, visto lo visto, no dejar de ser cada vez más infrecuente, precisamente cuando es más necesario.
«La verdad de ninguna cosa tiene vergüenza sino de estar escondida». Lo escribió Lope en 1614 y lo asumimos hoy, en el inicio de 2024 y hasta donde el apoyo de nuestros lectores nos lleve.
Gracias a todos. Este año que comienza nos unirá a uno y otro lado de la pantalla, ante el ordenador y a través del smartphone, para seguir siendo, viviendo juntos, conviviendo y ayudando a convivir, informando.
Dicho queda.
Y ahora, sigan leyendo. Tenemos una cita con nuestro futuro.
Todos. Aquí. Cuando quieran.