Los cuatro robos registrados en una vivienda, dos bares y una nave agrícola de Atienza en los últimos días han desatado un creciente nerviosismo en esta población del norte de la provincia de Guadalajara. Los ladrones han arramblado con lo que han podido: desde enseres a algunos décimos de lotería, pero también dinero en metálico.
A la cabeza del desasosiego está el propio alcalde, Pedro Loranca, que empieza a cuestionarse para qué tienen un cuartel de la Guardia Civil en su pueblo, «cuando lo que faltan son agentes que vigilen».
«El cuartel lo tenemos casi de adorno. Nos sentimos indefensos», ha señalado a Europa Press para LA CRÓNICA el alcalde de este pequeño municipio de la Sierra Norte de Guadalajara, de algo más de 400 habitantes.
Loranca se ha mostrado «tremendamente preocupado» por el futuro, no solo de su pueblo, sino de otras muchas localidades de la provincia, donde las medidas que se anuncian frente a la despoblación tendrían que pasar por proteger más a sus vecinos y sus viviendas con la presencia de más patrullas y más vigilancia por parte de la Benemérita para que no se vayan los pocos habitantes que quedan.
Puertas cerradas en el cuartel de la Guardia Civil
Según este alcalde, la mayor parte de las veces que uno va a cuartel a denunciar o a dar a conocer algo se encuentra en la puerta (cerrada) con un número de telefono al que llamar. «Estamos igual que en La Miñosa, Cañamares y que otros pueblos pequeños, donde no hay cuarteles. Aquí lo tienes, pero no hay guardias que atiendan en el acto, como sería lo lógico», ha lamentado el regidor.
«Bajas al cuartel y ya puedes llamar diez veces, que nadie sale a atenderte», ha reiterado Loranca tras recordar que, además, cuando llaman al teléfono que hay en la puerta, no se puede prever cuándo llegarán los agentes porque «vienen cuando pueden», ha remarcado. También resalta cómo las propias denuncias tienen que ponerlas en ocasiones con varios días de retraso, con lo que eso tiene de problemático.
Cabreo mayúsculo del alcalde
«Esto es un cachondeo. Aquí entran, salen, roban, se llevan las máquinas tragaperras y rompen todo lo que se encuentran», comenta indignado el alcalde, tras lamentar también la tardanza con la que son atendidas las llamadas a la Guardia Civil.
En cuanto a los robos, se materializaron dos días de la pasada semana y en uno de los casos fue en una vivienda. Días después robaron en dos bares, de donde se llevaron dinero, algunos décimos de lotería en uno de ellos y la recaudación de la máquina tragaperras.
Piensan en poner cámaras
En otro, huyeron incluso con la máquina tragaperras y luego la dejaron tirada en el campo tras sacar la recaudación, y en la nave agrícola se apoderaron de algunas herramientas y el gasoil de las máquinas.
El alcalde de Atienza se está planteando, como ya han hecho en otros municipios de la provincia, colocar cámaras de vigilancia a la entrada del pueblo porque se sienten indefensos cuando, en su opinión, lo lógico es que hubiera más patrullas de vigilancia en los pueblos.
Más vigilancia le piden al alcalde desde los propios bares de Atienza. Lo único que se lo ha impedido hasta ahora es el escaso presupuesto del municipio. Sin embargo, Loranca ha reconocido que es un gasto que no sabe cómo podrán afrontar, aunque alega que «habrá que hacer algo». «Nos están quitando todo. Nos están dejando indefensos y perdidos», ha reiterado.
Por último, ha reconocido Loranca que Atienza, no hace tanto, era un pueblo en el que sus vecinos podían dejar las puertas de sus casas abiertas porque no pasaba nada. Como ahora hay menos gente, esto es impensable porque «las personas mayores tienen miedo de todo», lamenta.
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