Las familias de Emiliano Cobo y Justo Palomo han recibido este sábado, de manos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), los restos de estos dos afiliados a la UGT, que fueron asesinados por las autoridades franquistas después de haber sido condenados a muerte, tras la guerra civil.
El acto ha tenido lugar al mediodía de este 29 de octubre, junto a la fosa de la que fueron exhumados por los voluntarios de la Asociación en el cementerio municipal de Guadalajara.
Cobo y Palomo fueron acusados de adhesión a la rebelión.
De Moratilla y de Sacedón
Emiliano Cobo nació en 1907, en Moratilla de los Meleros. Vivía en Loranca de Tajuña, donde trabajaba como jornalero. Estaba casado. Estaba afiliado al sindicato UGT. Durante la guerra fue presidente de UGT y de la Junta de Incautación de ese pueblo.
Fue detenido en abril de 1939 y el día 22 de septiembre de ese mismo año, mediante el juicio sumarísimo nº 819/39, fue condenado a muerte, acusado de ‘Adhesión a la rebelión con la concurrencia de las circunstancias agravantes de perversidad social, daños causados al estado y particulares y mayor trascendencia de los hechos ejecutados’.
El día 24 de febrero de 1940 fue ejecutado en ‘La Rambla’, cerca del cementerio de Guadalajara. Según consta en el el sumario, fue enterrado en el patio 4, fosa, 3 del Cementerio Civil de Guadalajara. Emiliano tenía 33 años.
Justo Palomino era natural de Sacedón. Estaba casado y era labrador. Estaba afiliado a la UGT y combatió como teniente del Ejército Popular de la República. Fue detenido y puesto en prisión el 27 de noviembre de 1939. Condenado a muerte, fue fusilado y arrojado a una fosa común en el Cementerio Municipal de Guadalajara el 6 de abril de 1940, a los 34 años.