El Vaticano se mete a juez del sector del turismo

El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, ha denunciado las condiciones de "precariedad" y, "a veces, de ilegalidad" en las que trabajan muchos empleados relacionados con el sector del turismo como guías, azafatas o chefs.

"Consultores de viajes y guías turísticos, chefs, sommeliers y camareros, azafatas, animadores, expertos en marketing turístico y redes sociales: muchos operan en condiciones de precariedad y, a veces, de ilegalidad, con salarios injustos, obligados a un duro trabajo, a menudo lejos de la familia, con alto riesgo de estrés y sometidos a las reglas de una competitividad agresiva", señala Turkson en su mensaje con motivo del Día Mundial del Turismo que se celebra el 27 de septiembre.

Además, el prefecto muestra su "indignación" por "la explotación" en "países pobres pero con una alta vocación turística en virtud del rico patrimonio ambiental e histórico-cultural que los caracteriza, donde rara vez son las poblaciones nativas las que se benefician del uso de los recursos locales".

"Inaceptables son también las violencias contra su población, la ofensa de su identidad cultural y todas las actividades que causan la degradación y la explotación voraz del ambiente", añade.

En su mensaje para el Día Mundial del Turismo, que este año lleva por lema 'Turismo y empleo: un futuro mejor para todos', Turkson señala que "la elección de tratar el tema del turismo desde la perspectiva del trabajo parece particularmente apropiada en vista del enraizamiento del estado crítico que caracteriza la dimensión laboral en la vida de muchas personas, en todas las latitudes".

Según precisa, los objetivos de paz, seguridad, promoción e inclusión social no se pueden alcanzar si se descuida el esfuerzo conjunto para garantizar a todos un trabajo "decente, equitativo y libre, construido en torno a la persona y a sus necesidades primarias de desarrollo humano integral".
Además, hace un llamamiento "a todos los gobernantes y responsables de las políticas económicas nacionales para que favorezcan el trabajo, particularmente entre los jóvenes en el sector del turismo. Un trabajo que ponga en el centro a la dignidad de la persona".

Tal y como recuerda, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia establece que la persona es el criterio de la dignidad del trabajo y cita la Encíclica Laborem exercens, que dice que "no hay duda de que el trabajo humano tiene un valor ético, el cual está vinculado completa y directamente al hecho de que quien lo lleva a cabo es una persona".

También subraya el mensaje de San Juan Pablo II para el XXIV Día Mundial del Turismo, en el cual explicaba que este sector "se ha de considerar como una expresión particular de la vida social, con implicaciones económicas, financieras, culturales y con consecuencias decisivas para las personas y los pueblos".

También destaca la dimensión del encuentro que favorece el sector del turismo. Según recuerda, en 1950 los turistas internacionales eran algo más de 25 millones, mientras que en la próxima década se estima que podrían alcanzar la cifra de dos mil millones de viajeros en todo el mundo.

"En muchos casos en el desempeño de sus tareas diarias los operadores del sector en todos los niveles, tienen la oportunidad de encontrarse con personas de los países más diversos y comenzar ese conocimiento, que es el primer paso para el abandonando de prejuicios y estereotipos y para construir relaciones basadas en la amistad", subraya.