El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) tendrá que indemnizar con 5,2 millones de euros a los padres de una niña de Valdepeñas por las lesiones ocasionadas durante el parto en el hospital de esa localidad. La niña tiene que ser alimentada con sonda, entre otras limitaciones físicas arrastradas desde su nacimiento.
El caso se inició en 2013, por unos hechos ocurridos el 14 de octubre de 2012. Es ahora cuando acaban de ser indemnizados con 4.948.224 euros, restando tan solo determinar las costas del procedimiento.
Según dan por acreditados lo jueces, durante el control de la evolución del parto la matrona «decidió prescindir de una de las dos cinchas que se utilizan para la monitorización de la frecuencia cardiaca fetal y el control de la dinámica uterina del sistema Eco-Doppler, sistema que tiene por finalidad la detección de los signos precoces indicativos de una posible pérdida de bienestar fetal, esa decisión impidió que se controlase efectivamente la situación física del feto».
«Tampoco se dio importancia a los 26 episodios de disminución de la frecuencia cardiaca del feto, a niveles de 80 e incluso 60 latidos por minuto que se marcan en el registro gráfico ni a las 9 anotaciones de bradicardia que quedaron impresas en dicha tira, esto es, descensos de la frecuencia cardiaca fetal, claras e inequívocas señales de alarma en la evolución de ese período de parto», relata el abogado Francisco Fernández-Bravo.
Según reconocen las sentencias, pese a estas «claras e inequívocas señales de alarma» en la evolución, tanto el ginecólogo como la matrona respectivamente, encargados del seguimiento y control del parto «y apartándose de la pericia que les era exigible en atención a sus conocimientos, con un proceder absolutamente negligente, no adoptaron las medidas necesarias encaminadas a solucionar la situación de pérdida de bienestar fetal, en orden a la finalización del parto y evitación de un sufrimiento fetal irreversible».
A raíz del «deficiente control y seguimiento» durante el período del parto, la recién nacida sufrió «un grave y severo daño neurológico» como consecuencia de la falta de oxígeno, causada por el descenso repetido y mantenido de la frecuencia cardiaca fetal.
En la actualidad, la menor presenta encefalopatía hipóxico-isquémica con parálisis infantil grave de predominio distónico, convulsiones, alimentación mediante sonda de gastrostomía endoscópica.
Justo antes de llegar al Supremo
Ha habido un acuerdo poco antes de que el asunto llegara al Tribunal Supremo. Una primera sentencia de un Juzgado de lo Penal en 2019, fue corroborada por la Audiencia Provincial de Ciudad Real en 2022.
Los condenados fueron una matrona y un ginecólogo del Hospital de Valdepeñas como autores de un delito de lesiones por imprudencia profesional menos grave, castigados con una pena de nueve meses de multa a razón de una cuota diaria de diez euros, condenando también como responsables civiles al Sescam y las aseguradoras Mapfre y Zúrich.
Así, la compañías aseguradoras acaban de indemnizar a la menor y a sus familiares por importe de 2.591.498 euros en concepto de indemnización principal, más 2.356.726 euros en concepto de intereses y capitalización de la pensión anual.