Es la historia que no cesa y ahora ha salpicado de lleno a la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Según ha desveleado este lunes el diario "El País" en su edición digital, el párroco de varios pueblos del Señorío de Molina es un agustino que ha cumplido tres años de cárcel, acusado y condenado por abusar de tres menores, de 11 y 12 años, todos ellos miembros de la escolanía del monasterio de El Escorial, donde el religioso ejercía como profesor.
El antiguo recluso, que dejó la prisión en 2015, ha sido identificado por el diario como Celso García. El periódico madrileño asegura que el cura "está ejerciendo como sacerdote en numerosos pueblos, sin ninguna cautela especial, desde octubre de 2015", residiendo en uno de esos pueblos del norte de la provincia.
En ese primer momento, el religioso agustino fue nombrado párroco de Mazarete, Anchuela del Campo, Anquela del Ducado, Establés, Tobillos y Turmiel. Al verano siguiente se le encargó que colaborase también, junto con otros sacerdotes, en la laboral pastoral en Aldehuela, Anchuela del Pedregal, Anquela del Pedregal, Arangocillo, Canales de Molina, Castellar de la Muela, Chera, Herrería, Otilla, Pradilla, Prados Redondos, Rillo de Gallo, Selas, Tordelpalo, Torrecuadrada de Molina, Torremocha del Pinar y Torremochuela.
Además de todo ello, este sacerdote es vicario parroquial de las iglesias de Santa María la Mayor, de San Gil y de San Martín, en Molina de Aragón, además de capellán del monasterio de las Clarisas.
Respuestas del Obispado
Tres cuartos de hora después de ser publicada esta información en LA CRÓNICA, desde el Obispado de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara, que había sido requerido al efecto por este diario, se emitía el siguiente comunicado, que reproducimos en toda su extensión:
1.- El religioso agustino Celso García Hernández, fue acusado en el año 2010 de conductas inapropiadas con menores y cumplió la condena que se le impuso.
2.- Paralelamente se llevó a cabo el correspondiente proceso canónico, cuya pena también ha cumplido.
3.- Ante la petición del Superior Provincial de la Congregación y el deseo expreso del interesado, teniendo en cuenta la dignidad de toda persona, la capacidad de su reinserción pastoral y la presencia de su anciana madre en Guadalajara, fue acogido por un tiempo en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara para trabajar pastoralmente en una zona rural, comprometiéndose firmemente a tener especial cuidado en la relación con los menores.
4.- El Obispo de la diócesis, asumió la responsabilidad de acompañarle durante su estancia en la misma, y de velar paternalmente por su persona, llevándose a cabo un seguimiento minucioso de su actividad para garantizar su recto comportamiento, pudiendo manifestar que en este momento, el P. Celso está perfectamente integrado con los hermanos sacerdotes y con los miembros de las comunidades parroquiales que lo han acogido con afecto sincero.
5.- Secundando los criterios del Santo Padre sobre los abusos a menores por los miembros de la Iglesia y los actuales protocolos en relación con el tema, la diócesis de Sigüenza-Guadalajara está comprometida en la erradicación de los posibles delitos de pederastia cometidos por sacerdotes o por otros agentes de pastoral. Asimismo manifestamos la disponibilidad a escuchar a las posibles víctimas, a acompañarlas en todo momento y, por supuesto, a la colaboración con la justicia.
6.- Expresamos nuestro compromiso de luchar decididamente para evitar que sucedan hechos de esta naturaleza y que no produzcan tan gravísimo daño a todos los que confían en la Iglesia y sus pastores, en su inmensa mayoría ejemplares. Invitamos una vez más a seguir orando y acompañando a los sacerdotes, así como a la colaboración activa con ellos en la acción pastoral.