Lo del Nacimiento del parque de la Concordia viene a ser lo que, en palabras de Pedro Sánchez, se llamaría una involuntaria pero flagrante muestra de una «fabrica de bulos». Aborrecible situación.
En el día de Nochebuena, un amable lector de LA CRÓNICA remitía a este periódico la imagen que encabeza estas líneas. La había tomado a primera hora del 24 de diciembre y se mostraba alarmado por la ausencia del Niño Jesús.
Los que sí aparecían eran la Virgen, la mula y el buey más ese inenarrable San José tan difícil de ver, por su fealdad manifiesta.
Pero, ¿y el auténtico protagonista? El comunicante se temía lo peor y quería que desde este diario se lo aclararan, aunque él fiera pr hecho que un nuevo desaguisado se había producido.
Verificado el asunto, como corresponde al ejercicio del periodismo, resultó ser una falsa alarma. Desde que la figura de Jesús fuera robada días pasados, los responsables de la cosa decidieron guardarla por la noche y reponerla por las mañanas, como también se puede ver en la siguiente foto, tomada mientras miles de guadalajareños se dedicaban a su auténtica devoción navideña, que es hacer cada uno su personal ruta de vermús por la ciudad, en etílico viacrucis.
Para esto da la Navidad de Guadalajara. Y en LA CRÓNICA, se lo cuentan.