Desde el pasado fin de semana ha empezado su actividad la terraza de verano del Mercado de Abastos. Sin anuncio oficial y sin que la concejalía responsable haya atendido las peticiones de información de LA CRÓNICA, lo cierto es que al menos ya está en marcha en el mismo lugar donde hace dos años se originó, para el mismo uso, una tremenda polémica política.
En lo puramente referido a la oferta de hostelería, los eventuales clientes pueden encontrarse con un gran número de mesas, algunos veladores con sofás y también una gran pantalla.
Es a la caída de la tarde, cuando el sol ya deja de caer a plomo sobre la campa del Mercado, el momento en que el recinto se vuelve agradable y comienza a ser ocupado por los guadalajareños que conocen de su existencia.
Guadalajara gana así una nueva gran terraza al tiempo que pierde la del coso de Las Cruces, recinto que se ha quedado sin empresario que lo gestione. Las similitudes no son sólo en el mobiliario sino que alcanzan también a la empresa responsable de esta renovada oferta para el ocio nocturno, que es la misma en una ubicación y en otra.
De este modo, el centro de Guadalajara ha seguido poblándose de terrazas en casi todas sus plazas, al tiempo que el coronavirus parece batirse en retirada gracias al creciente número de vacunaciones.
El primer intento, teñido de política
El primer intento de montar una terraza en el Mercado de Abastos echó a andar el viernes previo a las elecciones locales de mayo de 2019. Lo hacía con algunas peculiaridades inesperadas, con la gestión a cargo de una empresa de Guadalajara y el anuncio de una agenda que incluía actividades para, al menos, todos los fines de semana de junio.
También se anunció que se abrirían al público todas las plantas del Mercado de Abastos, cada una de las tres con planteamientos diferentes, puesto que mientras en la planta baja se mantenían los puestos de alimentación ya conocidos, la planta primera agruparía bares y locales de tapas, mientras que la segunda y última se dedicaría a las actuaciones en directo y pastelería con zona infantil.
Quienes acudan a verlo y probarlo, si querían consumir algo debían pasar antes por caja, para canjear dinero por abastos y poder usar en el mercado esa moneda especial.
Además, «con la finalidad de mantener el mercado organizado, pedimos la colaboración de los participantes» y por esa razón «para las consumiciones de bebida se pedirá 1 euros de fianza para el vaso», aunque aclaraban que «el vaso podrá ser reemplazado por otro en cada consumición y se devolverá el euro cuando se devuelva el vaso».
Al margen de este engorroso planteamiento, se intentó captar la atención de un público esencialmente familiar con diversas convocatorias. El resultado no se mantuvo en el tiempo.
Ahora, la iniciativa es de otra empresa y la concesión ha sido responsabilidad de otros concejales.