La clase política sería la principal preocupación de los castellanomanchegos, seguida de la incertidumbre, la economía, el desempleo y la criminalidad. Son datos recogidos en el primer ‘Observatorio social para Castilla-La Mancha: Expectativas, miedos, alegrías y exigencias’, realizado por la Fundación Liderar con Sentido Común, donde se refleja el incremento de la desconfianza de los ciudadanos de la región en sus representantes públicos.
El estudio cuenta con un total de 12 preguntas que buscan conocer los sentimientos de los encuestados respecto a lo vivido durante la pandemia, la gestión que han hecho los políticos de la misma o las preocupaciones y esperanzas de las personas respecto al futuro.
Así, de la muestra de 1.000 encuestados, casi dos tercios han manifestado su desconfianza en los políticos. «Los políticos no han cumplido claramente con las perspectivas de los ciudadanos en lo que va de año», ha señalado el presidente de la Fundación, Antonio Sola, durante la presentación del Observatorio en el Gran Hotel, en Albacete.
De hecho, si los castellanomanchegos tuvieran que elegir qué es lo que menos les gusta de su comunidad, un 37,2 por ciento apuntaría a sus representantes, los cuales generan desconfianza en un 66 por ciento de los encuestados. «Un porcentaje muy por encima de la media de la percepción que tenían los ciudadanos en los últimos meses y en 2020».
Políticos cuestionados
Según detallaba Sola, tan solo el 12 por ciento de los participantes aseguró confiar en sus políticos, lo que hace que un 27 por ciento considere que lo mejor sería un cambio de líder. «La institucionalidad del gobierno de Castilla-La Mancha ha salido muy estropeada en todas las preguntas relacionadas con el liderazgo».
Los encuestados han señalado que consideran a las mujeres líderes más valientes, emprendedoras, abiertas de mente, empáticas, resilientes y atentas.
El Observatorio también ha reflejado la división de los castellanomanchegos respecto a cómo han vivido la pandemia y qué esperan de cara al futuro. Casi la mitad, el 49,6 por ciento, la relaciona con un buen estado de ánimo, dato que podría estar vinculado al avanzado estado de la pandemia y el proceso de vacunación. No obstante, una cifra importante, el 47 por ciento, refleja agotamiento, enfado y angustia, además de preocupación por la incertidumbre y la «pandemia económica», muy ligada al desempleo.