Al Ayuntamiento de Guadalajara se le han agotado las últimas esperanzas, si aún les quedaba alguna, de que Urbas llegue a construir las anunciadas viviendas en la Plaza Mayor, sobre el solar que fue de «El Maragato». De ello ya había alertado LA CRÓNICA, hace meses.
La mejor prueba de la nula confianza en ese proyecto, tanto tiempo demorado, llegaba en la última Junta de Gobierno Local, que ha aprobado, textualmente, «incoar procedimiento para la resolución de la adjudicación del Programa de Actuación Edificatoria para los solares de la Calle Mayor, 2 y Plaza Mayor, 8».
Es una decisión que ha pasado desapercibida, pero muy relevante, porque marca un punto y aparte, si no un punto y final. Al menos, en el actual planteamiento con que se abordaba esa promoción residencial.
Dicho más claramente, agotados los plazos administrativos más que sobradamente y apurada la paciencia de los responsables políticos, se inicia la resolución del PAE que había facilitado a la citada empresa asumir, por encima del propietario del antiguo inmueble, la construcción de un nuevo edificio. Previa demolición, recordemos, de los restos de la fachada, mantenidos en pie durante tres lustros por el célebre andamio, ya desaparecido.
¿Qué es lo que se ha decidido ahora?
Según ha podido confirmar este periódico, lo acordado en la Junta de Gobierno Local lo ha sido por unanimidad de los presentes y se concreta en las siguientes medidas:
• Iniciar el procedimiento para acordar la resolución de la adjudicación del Programa de Actuación Edificatoria que se había otorgado a HUSET CAPITAL SOCIEDAD DE INVERSIÓN, S.L. La medida se toma por «incumplimiento esencial de los plazos de ejecución del PAE».
• Incautar el aval presentado por la entidad RAINBOW MERCHANT LTD , a través de su sucursal en España, por importe de 206.357 euros, retenidos como garantía del 10 por ciento de los gastos de edificación.
Ahora, Urbas tiene un plazo de 15 días, como agente urbanizador, al igual que la entidad que figuraba como avalista de la operación «así como a las personas propietarias y titulares, en su caso, de derechos reales sobre los solares». Cuando venza este plazo, en octubre, tanto los técnicos como los jurídicos del Ayuntamiento emitirán sendos informes.
A partir de ahí, el expediente se remitirá a la Junta de Comunidades, para que sea la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo la que dictamine sobre el caso.
Si el agente urbanizador o cualquier otro interesado se opusiera a la resolución, el asunto llegaría nada menos que al Consejo Consultivo de Castilla La Mancha, que preside el alcarreño Javier de Irízar.
Por lo tanto, a partir de ahora, más incertidumbres que certezas. Lo de volver a la casilla de salida implica un proceso largo y final incierto.
Mientras, según ha podido constatar este diario, entre los más altos responsables municipales hay quien sueña con que alguna otra empresa asuma la construcción, de un sola vez de todo el frontal, incluyendo el pequeño edificio anejo a El Maragato, más el de Marelvi e incluso el de Telefónica, que no encuentra comprador.
Ya van para dos décadas de intentos frustrados en el punto más céntrico de Guadalajara.
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