No parece que el Ayuntamiento de Guadalajara haya encontrado la fórmula legal para forzar a la construcción de viviendas sobre el centenar largo de solares existentes en la ciudad, en barbecho urbanístico algunos de ellos desde hace décadas.
Hace años, al amparo de la normativa regional que lo permite, se apostó por confiar en los Planes de Actuación Edificatoria, los conocidos «PAE» que son algo parecido a un proceso confiscatoria del solar sobre el que un tercero haya puesto el ojo e iniciado el procedimiento administrativo, forzando así una negociación entre las partes nunca deseada por el propietario original.
El concejal Alfonso Esteban, interpelado sobre la cuestión, ha reconocido que los resultados de los PAE han sido muy escasos, con el de la Plaza Mayor como paradigma. En ese, concretamente, después de tres lustros de litigios en los tribunales, además.
El conocido como solar del «Maragato», sin concretar por parte de los responsables municipales la fecha exacta, se acerca al plazo para que el Ayuntamiento pueda rescindir el convenio firmado con Urbas para la promoción de ese solar y el anejo, el de la antigua «Marelvi».
Si las obras siguen sin comenzar, como viene sucediendo desde que se le dio licencia de obras y se autorizó la demolición de la fachada que durante más de una década se preservó, lo más que pueden hacer ahora los técnicos es reclamar la fianza de la mercantil para engrosar en algo las arcas municipales. A continuación tocaría, o presumiblemente tocará, iniciar un proceso tan largo que incluso requiere del visto bueno del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha, presidido actualmente por el alcarreño Francisco Javier Irízar.