El Edificio Negro ha desteñido en los últimos meses, con el cambio de su cristalera. Por dentro, sus siempre precarias instalaciones se están reformando desde finales de 2020. Se sigue, en parte, el proyecto planteado en el anterior mandato municipal, en el que ya figuraba la instalación de un jardín vertical en la fachada posterior. Quien tuviera ilusiones de encontrarse con un vergel entre el duro cemento de la plaza del Concejo deberá reajustar sus expectativas.
Por lo que se va viendo en estos últimos días, lo verde del ahora llamado «Arriaca Digital» va a ser algo muy contenido: algo hacia la plaza y algo hacia Luis Pizaño.
El edificio iba a contar hasta 2018 con una terraza jardín y con un jardín vertical en uno de sus laterales «para embellecer y mejorar la estética de la plaza de San Gil», que es como muchos la conocen aunque en realidad se llama plaza del Concejo desde hace más de cuatro décadas. El jardín planteado entonces lo era, según se anunció, sobre una superficie total de 1.260 m², mucho más de que lo finalmente se ha asumido en la actual reforma.
El ejemplo de jardín vertical de Azuqueca de Henares
Lo que se ve difícilmente va a empalidecer a otros ejemplos ya conocidos de jardín vertical. No hay que irse a Madrid para comprobarlo, pues el ejemplo más notorio en la provincia está en Azuqueca de Henares. La segunda población de la provincia cuenta con uno, desde hace años. Requiere de mantenimiento y de poda, como cualquier jardín. Al Ayuntamiento de Azuqueca le cuesta el suyo más de 7.000 euros al año, para los 250 metros cuadrados de superficie ocupada.
El jardín vertical de la plaza del Azafrán fue criticado por el PP local justo la víspera de iniciarse en España el estado de alarma y, con ello, el confinamiento general de la población. Aseguraban desde el Partido Popular azudense que el jardín vertical era el origen de un foco de mosquitos «y bichos a causa de la vegetación, además de mal olor a agua estancada que hace muy desagradable estar sentado en los bancos situados justo debajo del jardín».
Desde el PP resaltaban «el alto coste de un jardín vertical, que supuso una inversión de más de 70.000 euros».
Caixaforum, la referencia nacional desde su inicio
Quizá el jardín vertical más conocido por los alcarreños sea el del Caixaforum de Madrid, por su aspecto ciertamente espectacular, además de ser el primero que se instaló en España. Fue diseñado por Patrick Blanc, el botánico francés precursor de esta técnica. Se instalaron sobre la estructura más de 15.000 plantas para cubrir el muro que da al Paseo del Prado. ¿Su superficie? Son 460 metros cuadrados, menos de la mitad de lo que se llegó a anunciar para el de Guadalajara.