El pasado 5 de julio se declaraba un incendio forestal en el término municipal de Budia que afectaba a una totalidad de 250 hectáreas y obligaba a la evacuación de 9 personas.
Las investigaciones llevadas a cabo por el Seprona han determinado que el origen del fuego habría estado en el desarrollo de labores agrícolas, concretamente el cosechado de cereal en una parcela de la zona, aunque todo indica que habrían sido causas accidentales las que originaron el siniestro. Otra cosechadora esta en el origen del gran incendio originado el lunes en Cerezo de Mohernando y que aún no se ha podido extinguir plenamente.
Desde hace semanas, en Castilla-La Mancha se han establecido unas normas en teoría muy rigurosas para evitar este tipo de problemas.
«Las altas temperaturas, la baja humedad y el fuerte viento no dan tregua y nos están poniendo en un serio aprieto las negligencias que se siguen cometiendo. No quiero criminalizar a nadie, pero frente a la responsabilidad general hay sin embargo quienes todavía ponen en jaque a los medios que se juegan su vida en la extinción de un incendio forestal. Por tanto, ruego que se cumplan las medidas que están en vigor hasta el 1 de agosto. Y vamos a ser muy firmes en esto», sostenía el consejero de Desarrollo Sostenible», José Luis Escudero, este martes desde Cerezo de Mohernando.