El Ministerio de Cultura y Deporte ha finalizado el proyecto de consolidación y restauración de la Capilla de Luis Lucena. Las obras, promovidas a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), se han centrado en la eliminación de humedades y en la toma de medidas para prevenir su reaparición. Iniciadas el pasado mes de junio, han supuesto una inversión de 52.000 euros.
La intervención ha consistido en la instalación de drenajes perimetrales y en el saneamiento, limpieza y pintura de los muros afectados por la humedad.
La limpieza de las fachadas con cepillo de sales, la aplicación de un tratamiento biocida en zonas puntuales y la instalación de un sistema de ventilación mecánica con temporizador son otras de las medidas acometidas en los últimos cinco meses.
También se ha restaurado la puerta de entrada y se ha realizado el picado, saneado y rejuntado bajo tela de todo el alero de cubierta. Las actuaciones han reforzado, además, elementos estructurales y han cosido y sellado las fisuras existentes.
En paralelo a los trabajos de consolidación y restauración del edificio, se ha llevado a cabo un proyecto de investigación de conservación preventiva que permita el estudio y control de la calidad del aire y de la presencia de microorganismos, con el objetivo de garantizar la conservación del edificio.
Estas obras culminan los trabajos de conservación del inmueble iniciados por el IPCE en los años 90 del siglo XX.
Los primeros estudios sobre su conservación se promovieron en 1995, y un año más tarde, se realizaron obras de emergencia, seguidas de una primera restauración y adecuación de la capilla llevada a cabo en 1999.
Monumento Nacional y edificio emblemático de Guadalajara,
laa Capilla de Luis Lucena, también conocida como de Nuestra Señora de los Ángeles o de los Urbina, es uno de los edificios más emblemáticos de Guadalajara. Declarado Monumento Nacional en 1914 es el único resto que permanece todavía en pie de la primitiva iglesia de San Miguel, derribada en 1877. El edificio pudo tener un origen como templo mozárabe, posteriormente ampliado como templo cristiano en el siglo XIII. Tras un periodo de decadencia, en 1520, Antonio de León restableció el culto y realizó importantes obras de acondicionamiento, como la modificación del pórtico primitivo, la construcción de una torre y un coro, y diversos cambios en la cabecera.
Entre 1530 y 1540 se adosó a esta iglesia la Capilla de Luis de Lucena, con planta en “L” que abraza la torre. Bajo un espectacular envoltorio de ladrillo visto y con el aspecto de un pequeño baluarte o fortaleza gracias a los contrafuertes adosados a los muros exteriores, la Capilla de Luis de Lucena se encuadra dentro del manierismo del XVI. Su espectacular arquitectura y decoración la convierten en una obra destacada del manierismo arriacense.