Ha empezado la semana el alcalde de Marchamalo subido de voltaje. Apasionado, e incluso pasional, como es para sus cosas, cuando estas tocan a su labor municipal o al interés general de los vecinos, el enfado pasa a la categoría de cabreo.
En la tarde del 18 de septiembre, en Instagram, Rafael Esteban ha compartido las fotos que ilustran la razón de su desazón. Y, además, lo ha explicado:
«Si vais a acercaros al cajero ciudadano del kiosco de la Plaza a sacar el volante de empadronamiento para la solicitud de las Becas de Ayuda al Estudio, no podréis utilizar el lector de DNIe electrónico, porque la “gracia” de alguno o alguna lo ha inutilizado.
La gamberrada supondrá un coste aproximado de reparación de unos 500€, que saldrá, al igual que todos los actos vandálicos que provocan daños, de los presupuestos municipales, de los impuestos de todos los vecinos y vecinas».
Es el propio alcalde quien recuerda las alternativas que tienen los vecinos hasta que pueda arreglarse el metódico sabotaje, supongamos que perpetrado por simple gamberrismo, de quien ha introducido en el cajero lo que sólo debería tener espacio en una papelera.
Mientras se arregla el desaguisado, los interesados deberán recurrir a los cajeros situados en el Ateneo Arriaca y en el Polideportivo «García Fraguas».