Profesionales de los servicios de Neumología y Medicina Interna del Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), participan como investigadores principales en un proyecto dirigido a pacientes con dolor crónico para estudiar sus problemas de sueño y ritmos circadianos.
La neumóloga Olga Mediano, coordinadora de la Unidad del Sueño del hospital guadalajareño, es coinvestigadora de este proyecto junto a la médico internista Gloria Hernando. La doctora Mediano ha explicado que el proyecto, denominado ‘Sleep Circadian Intervention Program’ (SCIP), consiste en realizar una intervención en sueño con pacientes que presenten dolor músculo-esquelético crónico con al menos tres meses de evolución.
Las conclusiones del estudio, en el que participará un total de 50 pacientes entre los cinco hospitales participantes, se conocerán a finales de año y a partir de este estudio piloto se desarrollará uno más ambicioso que pretende llegar a un millar de pacientes. En el caso de Guadalajara, ahora mismo participan nueve pacientes, auqnue está previsto ampliarlo a más. En todos los casos, se trata de personas con más de tres meses de dolor lumbar.
La Unidad del Sueño del Hospital de Guadalajara destaca por su vocación investigadora, habiendo participado en distintos estudios y ensayos clínicos que han contado con reconocimiento dentro y fuera de nuestro país. Además, esta Unidad cuenta con acreditación como Unidad Respiratoria con categoría de Excelente. Además de este proyecto, la Unidad de Sueño está llevando a cabo estudios que relacionan la insuficiencia renal con la apnea del sueño, la hipertensión arterial en niños y la fibrilación auricular.
La iniciativa de este estudio surgió a través de una convocatoria americana para investigación relacionada con trastornos de sueño y dolor. Se observó que el dolor crónico provoca o agrava trastornos del sueño de manera que quienes lo padecen “duermen peor y eso hace que disminuya el umbral del dolor y sea más incontrolable”, lo que llevaba a un mayor consumo de fármacos opioides para tratarlo. Por este motivo, se pretende “romper ese círculo vicioso para facilitar el control del dolor y, con ello, poder además hacerlo con menos fármacos”.
El proyecto piloto que se ha iniciado cuenta además con la participación de profesionales de los hospitales de La Paz, el Hospital de Cáceres, el Clínic de Barcelona y el Hospital Arnau de Vilanova de Lérida.
¿En qué consiste el proyecto?
Dicho proyecto consiste en estudiar a 50 pacientes para averiguar cuáles son sus problemas de sueño y tratarlos. En la mitad de los participantes se aplica el protocolo que establece el proyecto y la otra mitad continúa con su tratamiento habitual. Posteriormente, se comprueba el impacto en su calidad de vida, funcionalidad y dosis y número de fármacos que consumen para tratar el dolor, todo con el objetivo último de reducir el consumo de opioides a través de esta intervención sobre el sueño.
Asimismo, como objetivos secundarios figuran “mejorar la calidad de vida, el control del dolor y el estudio del ritmo circadiano en estos pacientes o la prevalencia de los trastornos de sueño, además de valorar la ansiedad y depresión que puedan presentar”.
Para ello, ha apuntado la doctora Olga Mediano, además de la participación de Medicina Interna se cuenta con la colaboración del servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor, que remite a pacientes de la consulta de Dolor Crónico que lleva el doctor Enrique Rodríguez Matarranz, así como de los servicios de Traumatología y Medicina Rehabilitadora.
Los pacientes cumplimentan un cuestionario sobre insomnio, somnolencia, trastornos del sueño o síndrome de piernas inquietas, y se les realiza una polisomnografía y un estudio de ritmos circadianos.
Para ello se han adquirido unos equipos patentados por la Universidad de Murcia (‘Kronowise’), unos dispositivos similares a relojes de pulsera que miden la actividad de la persona, la luz o la temperatura corporal periférica, que se relaciona directamente con la secreción de melatonina, que es la hormona que se libera durante el sueño.
Los participantes deben llevar puesto este dispositivo durante una semana, previa a iniciar la intervención, y también a los seis meses de la misma. Los registros de estos relojes, que se han adquirido gracias a una beca del Centro de Investigaciones Biomédicas en Red (CIBER), son tratados por los profesionales de la Universidad de Murcia. A partir de estos datos, facilitan un informe y medidas de higiene de sueño indicadas para cada paciente, con cuestiones relativas a hábitos incorrectos, exposición a la luz y ejercicio físico, entre otras.
Además, durante la intervención se realizan analíticas a los pacientes para detectar la presencia de fármacos, y se realiza un registro de los resultados con el fin de comprobar si han reducido su consumo al acabar la intervención en sueño.