Las obras del nuevo campus de Guadalajara han dejado de ser noticia, pero deberían seguir siéndolo, porque no paran. Lo más visible en estos momentos es todo lo que se está haciendo en el futuro aparcamiento soterrado, sobre el que se levantará el llamado Edificio de Investigación, que aún no se ha licitado.
Ya se trabaja en el forjado de los distintos niveles bajo rasante, como se aprecia en las imágenes que acompañan a esta información. Se trata de un aparcamiento de unos 11.500 metros cuadrados construidos, con tres plantas soterradas y con una capacidad aproximada de 250 vehículos.
No habrá de ser este el parking más utilizado, sobre todo por los escasos estudiantes que se desplacen en coche particular. La gran mayoría de los alumnos que no residan en Guadalajara se prevé que sigan utilizando el transporte público (Cercanías o la muy cercana Estación de Autobuses). Los que usen su propio vehículo tendrán dentro de un par de años, previsiblemente, la opción de usar el aparcamiento disuasorio que el Ayuntamiento va a construir junto al instituto «Brianda de Mendoza», proyecto del que LA CRÓNICA informó recientemente con detalle.
Hacia un 2023 con más intensidad de obras
Según se prevé, será 2023 el año que intensifique aún más el ritmo de las obras, con un presupuesto conjunto que ronda los 50 millones de euros.
Menos vistosos han sido hasta ahora los trabajos previos en la Facultad de Educación, donde se han realizado también los inevitables estudios arqueológicos. En la antigua Escuela de Magisterio se ganará espacio aprovechando para uso docente lo que ahora es área administrativa, que terminará pasando al bloque de «Cristinas».
Queda por licitar el que ya se conoce como Edificio Puente, por la función que tendrá de unir el núcleo del campus con la parte del parque del Coquín que la ciudad ha cedido a la Universidad y que ya no es accesible, puesto que se ha vallado, para los trabajos preliminares.
El vallado, el primero de muchos cambios
Alrededor de todo el conjunto, se está ultimando aún el cierre de diseño, cuya instalación se inició hace casi dos años, en febrero de 2021.
El nuevo vallado, de lamas, es todavñia lo más evidente de la reforma para los ciudadanos de Guadalajara, desde el exterior:
Dentro, habrá espacio no sólo para aulas sino incluso para un centro de congresos “moderno y sostenible en términos energéticos y económicos”, un parque botánico, e incorporará la rehabilitación de la antigua muralla de la ciudad, según lo ha anunciado hace tiempo por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, en la propia capital alcarreña.
En noviembre de 2020, el primer derribo
La construcción del nuevo campus de la Universidad de Alcalá en Guadalajara se iniciaba en noviembre de 2020 y lo hacía con un derribo: el de la conocida como «casa del guarda», que en realidad era un edificio destinado a empleados del antiguo Colegio «María Cristina» y que albergaba tres viviendas, en buen estado de conservación.
El inmueble cayó tanto por las nuevas necesidades de ordenación del recinto como por lo que escondía el subsuelo: un gran cementerio del siglo XIII, que era preciso estudiar antes de proseguir con el resto de trabajos en ese punto, casi enfrente de la actual de la Estación de Autobuses.