Millón y medio de euros esta dispuesto a pagar el Ayuntamiento de Guadalajara por hacerse con el centenario edificio de Correos en la calle Teniente Figueroa de Guadalajara. Es un magnífico ejemplo del neomudéjar español y es, también, parte del «alma» de la ciudad. Destaca la importancia por su carácter histórico y está en el «catálogo» municipal. Quieren darle «un uso adecuado». Son más de 3.000 metros cuadrados y mantiene buen estado de conservación.
Este martes, desde la Plaza Mayor se ha iniciado formalmente el proceso para adquirir el inmueble con la remisión de un requerimiento a los servicios centrales de Correos. En el documento, se ha fijado un precio inicial de 1.452.000 euros por los más de 3.000 cuadrados construidos. Es una valoración hecha por los técnicos municipales, que podrá coincidir o no con la que tiene Correos o la que pueda hacer en un futuro y, a partir de ahí, que se llegue a materializar el cambio de la propiedad.
El éxito o fracaso de esta iniciativa dependerá de muchos factores. Por de pronto, Correos está obligada a dar una respuesta de forma fehaciente antes del 20 de este mismo mes. A partir de ahí, habrá que ver si se producen interferencias políticas, con un Gobierno central del PSOE y un gobierno municipal del PP con Vox.
Para esta compraventa habría dinero
A preguntas de LA CRÓNICA, la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, ha asegurado que la situación financiera del Ayuntamiento no sería un problema para abonar ese u otro importe.
La de las arcas municipales «es una situación económica complicada», con un agujero que este miércoles la alcaldesa ha cifrado en 23 millones de euros. Ante ello, insiste en que «un equipo de gobierno no puede estar paralizado por la irresponsabilidad de quien les ha precedido», una nueva andanada a la gestión de Alberto Rojo y su equipo entre 2019 y 2023.
Para pagar esta compraventa, el Ayuntamiento haría uso de parte del dinero ingresado por varias parcelas vendidas recientemente en los desarrollos de la ciudad. «Confío en llegar a un acuerdo», ha insistido Guarinos, aunque también matice que son los técnicos los que habrán de juzgar si la previsible contraoferta de Correos, en el caso de que llegue, es demasiado cara o no.
Y todo esto, ¿para qué… además de intentar evitar que el edificio se caiga por la falta de uso al que lo somete su actual propietario?
Urbanísticamente, tiene la consideración de «dotacional», lo cual impide que se reforme para viviendas o usos comerciales. Tampoco parece que en el Ayuntamiento tengan una mínima aproximación de a qué se podría destinar.
Como queda dicho, este diario ha podido confirmar por otras fuentes que Correos tiene una tasación ya hecha sobre el edificio, aun cuando esta empresa pública está inmersa ahora mismo en la licitación de un contrato para que un consultor externo fije el valor concreto del medio millar de los inmuebles y locales de que todavía dispone repartidos por toda España.
La anterior tasación de inmuebles se encargo a finales de 2022 a Savills Valoraciones y Tasaciones, con un plazo de ejecución de 24 meses.
La diferencia es que en el último bienio el estado de las cuentas de Correos no ha hecho sino empeorar, con un déficit creciente que se enjuga a cargo de los Presupuestos del Estado, a través de la SEPI.
Un gran edificio, con muchos anuncios incumplidos
Teniendo en cuenta que Correos dejó de recibir a sus usuarios en Teniente Figueroa nada menos que el 23 de junio de 2009, lo que más sorprende es que su sede histórica en Guadalajara se haya mantenido en un estado de conservación más que aceptable. Nada comparable, por ejemplo, a la de la Prisión Provincial, con mallas en su fachada para evitar nuevos desprendimientos y un abandono cada vez más evidente. En el de Correos ya se usaron redes, pero de un modo más discreto y menos permanente.
En la campaña electoral de 2019 el entonces alcalde de Guadalajara y candidato a la reelección, Alberto Rojo, trasladaba a la Agrupación Fotográfica de Guadalajara su propuesta de dotar a la ciudad de un «gran Centro de la Fotografía, que sea sede de la Agrupación, y un espacio dedicado a exposiciones, talleres y cursos».
No sería en el Palacio del Infantado, como inicialmente se barajó, sino que se planteaba entonces edificio, que Rojo esperaba recibir como cesión del Estado.
En 2018, cuando el cierre ya preocupaba, Antonio Román consiguió llevar al por entonces presidente de Correos, Javier Cuesta, para que, a pie de calle, hablara de algún compromiso concreto para su recuperación.
Se garantizó entonces que había un proyecto «concreto» (del que nunca más se supo nada), con reuniones técnicas previas, para que se reabriera y volviera a ser usado como oficina de Correos, al menos en lo concerniente a la planta baja. Para las dos más superiores se abría la posibilidad de reformarlas para su alquiler como oficinas, para terceros. Se llegó a hablar ese día incluso de una inversión de millón y medio de euros, que nunca se ha llevado a cabo, como es notorio.
Un edificio con mucha historia
La sede de Correos se aprobó en los tiempos en Romanones era presidente del Consejo de Ministros, durante el reinado de Alfonso XIII.
El encargo se hizo en 1917 al arquitecto Luis Sainz de los Terreros y el resultado aún está a la vista. Por ahora y mientras se mantenga en pie.