El Ayuntamiento de Guadalajara bajará en el 2021 el IBI en un punto a las viviendas residenciales cuyo valor catastral es inferior al millón de euros y se elevará hasta el 1% el de los inmuebles cuyo valor catastral supere este millón, que son unos 200 en la capital. También ha anunciado que congelará las tasas de basuras, vados y el impuesto de vehículos y suprimirá también la de terrazas y veladores.
Así lo ha anunciado este jueves el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, acompañado del primer teniente de alcalde, Rafael Pérez Borda, y de la concejal de Hacienda, Lucía de Luz, en la comparecencia de presentación de las ordenanzas fiscales para la ciudad en 2021.
En esta comparecencia ha avanzado que se trata de una propuesta de tasas «justa» porque el esfuerzo fiscal recae en propiedades de un coste superior al millón de euros que son «quienes más tienen». Al tiempo, baja la presión fiscal sobre las familias «tras años de subidas» y «ayuda» a las pequeñas empresas y a los ciudadanos. Considera que es una propuesta de tasas municipales igualmente «responsable», al primar el respeto al medio ambiente.
Atención al casco histórico
Según Rojo, son también unas ordenanzas «muy pensadas y dirigidas» al casco histórico, donde se necesita promover una mayor actividad, la apertura de negocios o la construcción en los solares que hay ahora, con las que se quiere cambiar una tendencia de subidas como la del IBI de los últimos años, de entre un 25% y un 50% en esta década.
«La bajada del impuesto no es espectacular pero intenta corregir las subidas catastrales», ha añadido el alcalde, tras incidir en que, en todo caso, hacía muchos años que no se realizaba una reducción igual, apostando también por el pequeño comercio de forma clara, cuyos negocios van a ver también rebajado el IBI entre el 40% y el 50%.
En este sentido, ha anunciado que el próximo martes se convocará la Junta de Gobierno para su aprobación, con la intención de que la propuesta se incluya ya en los presupuestos del próximo año, que quiere que entren en vigor en el mes de enero.
Durante la presentación, el alcalde ha señalado que las nuevas ordenanzas recogen una importante reestructuración de la política fiscal «pensando siempre en la gente», especialmente tras un año complicado, de ahí que se vaya a reducir la presión fiscal a las familias, se bonifique el respeto al medio ambiente y se apoye a los autónomos con mayor dificultad pidiendo «un esfuerzo» a las propiedades más elevadas, ha dicho.
Según el alcalde, si bien se va a dejar de ingresar medio millón de euros de las familias en concepto de IBI, se ingresará 1,4 millones de euros corrigiendo la carga sobre las aproximadamente 200 propiedades de la ciudad valoradas en más de un millón de euros y que estaban pagando «por debajo de lo normal», según Alberto Rojo. Ello se traduce en que el Consistorio recaudará por este concepto de IBI unos 900.000 euros más, pero con cargo a las economías «más adineradas».
En algunos casos baja el IBI; en la mayoría, se congela
El propósito, según Rojo, es acabar con el hecho de que «un vecino del barrio del Alamín pague el mismo tipo de IBI que el propietario de un inmueble valorado en más de un millón de euros».
Si bien para la mayoría de los contribuyentes se congela el IBI, habrá unas 160 familias que lo vean reducidos hasta en un 50% al suprimirse uno de los baremos de medición; se trata, en su mayoría, de pequeños negocios.
De otro lado, el Ayuntamiento mantendrá las bonificaciones dirigidas a las familias numerosas vinculadas al valor catastral de sus inmuebles pero se amplía de tres a cuatro años la bonificación del 90% en viviendas de protección oficial.