El actual equipo de gobierno municipal ha decidido buscar fuera de la Plaza Mayor quien le diga cuánto suelo rústico se podría recalificar a residencial o industrial. Se trata de contratar una asistencia técnica externa para la modificación del Plan, ahora que la ciudad tiene 91.300 habitantes y que el ordenamiento no ha cambiado en lo que va de siglo. También con la perspectiva del nuevo Campus.
El documento no estará listo para ser aprobado antes de dos años, tanto por el Ayuntamiento como la Junta de Comunidades, más las salvedades que puedan plantear otras administraciones, como la CHT.
Descartan en el Ayuntamiento de Guadalajara, por tanto, embarcarse en una revisión propiamente dicha del PGOU. Blanca Causapié, una de las principales voces en las gestión urbanística de esta capital en razón de su cargo en el Ayuntamiento (coordinadora de Urbanismo), reconoce que la tendencia entre funcionarios y arquitectos por toda España es escapar de un proceso tan a largo plazo y tan complejo como es la revisión integral de los planes. «Cuando han pasado los diez años o quince que tardas en elaborarlo, te encuentras que ya no responde a las necesidades concretas». Aun así, «Guadalajara ha crecido bien, es una ciudad compacta», apunta la técnico municipal.
El problema de Guadalajara: dónde construir
En 2003 se modificó el Plan General que está vigente desde el año 2000 para hacer sitio a la Ciudad del Transporte y en 2005 para Villaflores (donde se podrían construir casi un millar de viviendas), con distintos resultado.
«La ciudad no cuenta con suelo industrial para seguir desarrollándose», destaca el concejal Alfonso Esteban, quien también asume que el suelo residencial sin desarrollar sólo se encuentra, a día de hoy, en las pedanías. El resto, está prácticamente agotado.
En paralelo, y para después del verano, se prevé que se puedan dar novedades acerca del Plan Especial del Casco, para aprovechar las parcelas que están sin construir, por ejemplo en el Alamín y alrededor del Barranco, según se ha citado expresamente en esta comparecencia.
Con Guadalajara en esa situación casi límite, Esteban ha querido subrayar que lo primero era tener la estrategia medioambiental, aprobada inicialmente este martes por la Junta de Gobierno Local.
Ahora, con esa asistencia técnica se analizará el suelo rústico del término municipal para vincular al Plan de Infraestructura Verde antes citado. Visto lo que necesita protección con criterios ecológicos, insisten, se podrá concretar qué suelo está disponible para su desarrollo. «Es el Ayuntamiento el que tiene que tomar la iniciativa, no podemos esperar más porque esto lleva unos plazos muy largos».