El juicio seguido en la Audiencia Provincial de Guadalajara por el crimen cometido en mayo de 2021 en Alovera, en el que un hombre mató a su mujer con diez puñaladas, ha entrado en su fase final dando la última palabra al asesino confeso, A.M.C., quien ha pedido perdón «de corazón» a la familia y ha asegurado que «toda la vida estará arrepentido» de lo que hizo. «Mi mayor condena no es la cárcel, sino lo que voy a llevar por dentro», ha expuesto desde el banquillo.
Así lo ha planteado en el quinto y último día de la vista que se ha seguido en la Audiencia Provincial de Guadalajara, previa a la entrega, el próximo lunes 23 de octubre, a los miembros del jurado popular del objeto del veredicto para que dirima sobre si dichos hechos son constitutivos de un delito de asesinato, como defienden el Ministerio Fiscal y la acusación particular o bien, como mantiene la Defensa, se trata de un homicidio.
Aunque en sus conclusiones iniciales la Fiscalía pedía 24 años de cárcel para el asesino confeso por un delito de asesinato con alevosía, tras las declaraciones de los testigos, los informes forenses y las pruebas documentales, el Ministerio Fiscal ha introducido el agravante de violencia de género, entendiendo que ella llevaba siendo humillada y controlada por su esposo durante años, algo que el propio acusado ha negado en su alegato final.
«Soy sumiso, no soy racista y me llaman controlador y jamás he controlado a mi mujer, hacía lo que le daba la gana, tenía libertad para hacer lo que quisiera y me acusan de controlarle el móvil cuando la retina del ojo le desconectaba su teléfono», ha declarado el autor confeso de la muerte de su mujer, insistiendo, como hiciera en su primera intervención ante el Tribunal de Jurado en la Sala, en pedir públicamente perdón a toda la familia «una y un millón de veces» por los hechos que cometió «no por los que le acusan», ha incidido.
La Fiscalía ha tratado de ir desmontando las declaraciones realizadas por el acusado y algunos familiares suyos con las realizadas por los agentes de la Guardia Civil, que afirmaron que la víctima no tenía heridas de defensa y que en el pasillo de la vivienda donde se produjeron los hechos, no tenía escapatoria de ningún tipo. «Salvo que seas especialista en artes marciales, no creo que Clara pudiera tener una mínima posibilidad de salir de la situación», llegó a decir uno de los agentes.
Así, frente al forcejeo del que habló la Defensa, la Fiscalía los descarta, aludiendo a declaraciones que poco antes del crimen escuchó la vecina diciendo: «ay, ay, déjame», lo que considera que prueba que fue un ataque repentino y sorpresivo, asegurando también en su declaración que delante de ella misma la había tratado de forma degradante, llamándola «inútil». «De la cárcel se sale y del cementerio no», le llegó a decir a la víctima según otro testimonio.
Además, según los forenses que realizaron la autopsia, en cinco de las puñaladas, y especialmente la mortal del cuello, denotan que científicamente era imposible que se hubieran producido en un forcejeo porque ella no se defendió, de lo que queda acreditada la alevosía, siendo por tanto estos hechos constitutivos de un delito de asesinato.
También, para la Fiscalía, ha quedado acreditado que el detenido, hoy en prisión provisional, no tenía alteradas sus capacidades como alega la Defensa y que tampoco hubo arrebato como afirma la abogada de la Defensa, por lo que ha pedido al jurado popular que a la hora de emitir su veredicto establezca que hubo un ataque sorpresivo y que se aprovechó de que ella no tenía posibilidad de huir, es decir, indefensión.
CELOSO Y CONTROLADOR
Para la Fiscalía ha quedado más que acreditado que él era celoso, que sabe lo que ha hecho, que también era controlador y que si ella se iba y se divorciaba también se quedaba sin fuente de ingresos puesto que él no trabajaba y que la vivienda estaba a nombre de la fallecida. «Sabe lo que ha hecho», afirma.
En la misma línea ha hecho su exposición la acusación particular, insistiendo en que el ataque y apuñalamiento fue sorpresivo, en un pasillo estrecho de la casa e impidiendo que ella pudiera repeler la agresión, pidiendo que se apliquen los agravantes de parentesco y de género, frente a una Defensa que reclama la aplicación de los atenuantes de arrebato o donde le asestó las puñaladas y quiere apliquen dos agravantes el de parentesco y de género mientras la Defensa pretende aplique atenuantes confesión y de arrebato y obcecación.
Para la acusación particular, queda claro que el detenido hizo «teatro» en su declaración el primer día en la sala y que es una persona mentirosa como lo demuestra también –ha dicho– el hecho de que entre sus antecedentes haya una denuncia falsa. Y tampoco es sumiso sino «violento», haciendo mención a una relación de control y de celos que ha quedado acreditada tanto por la vecina como por el hermano de ella, a quienes pedía que le cambiaran el pin, borrando incluso las conversaciones que tenía por whatsApp para que él no las viera.
«La controlaba la forma de vestir y de maquillarse. No le gustaba que fuera maquillada al trabajo», dijo Davinia, hechos a los que la acusación ha sumado el aislamiento al que la estaba sometiendo también.
Por su parte, desde la Defensa se ha negado en todo momento el agravante de violencia de género añadido por el Ministerio Fiscal hoy, no así el de parentesco. «No todos los hombres que hacen algo a sus mujeres es un tema de violencia machista», ha dicho la letrada en alusión al acusado, insistiendo en que él estaba enamorado de su mujer, que la quería y que confesó los hechos y actuó así en un momento de arrebato.
También ha pedido al jurado que tengan en cuenta que si bien «hay que castigarle por lo que ha hecho, ha confesado y la ley te premia por eso», considerando atenuantes la confesión y el arrebato, asegurando también que hubo una pelea previa a los hechos y defensa por parte de la víctima, que presentaba dos heridas defensivas.
Desde la presidencia de la Sala se ha agradecido el comportamiento en la vista de las familias y del jurado, y será el lunes cuando la jueza entregue el objeto de veredicto al jurado con las preguntas formuladas sobre los hechos que ellos habrán de contestar.