La Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas ha aprobado la revisión del Plan Especial de Emergencia Exterior del Almacenamiento Subterráneo de Gas Yela, situado en Yela, cerca de Brihuega.
Así consta en la orden de dicha consejería que publica este martes el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, en la que se explica que el plazo de vigencia será de tres años, al término de los cuales, deberá promoverse su revisión de acuerdo con el procedimiento establecido. En el texto legal publicado no se detalla en qué consiste el plan de emergencia.
En abril de 2019, hasta un total de 110 efectivos y 22 vehículos, entre ligeros, pesados y ambulancias de distintos colectivos que actúan habitualmente ante situaciones de emergencia, participaron en un simulacro de incendio realizado en las instalaciones del Almacenamiento Subterráneo de Gas Natural de Yela, en Brihuega.
Este simulacro entraba dentro de la implantación del Plan de Emergencia Exterior del Almacenamiento Subterráneo de Gas Natural Yela de Enagas, elaborado por la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas, y su finalidad era que se conozca por los diferentes grupos de acción y la población, poniendo en práctica, tanto el Plan de Emergencia Interior de la planta como los diferentes planes de actuación y procedimientos de intervención de los intervinientes para que, ante una situación real, se dé una respuesta rápida y eficaz.
El simulacro se basó en la reproducción de un accidente simulado ocasionado por un operador mientras manipulaba una válvula de un colector de baja presión de la infraestructura gasística de la planta, lo que provocaría una fuga e ignición de gas, resultando heridos varios trabajadores que han de ser trasladados a los correspondientes centros de asistencia sanitaria, así como la posterior evacuación preventiva de los trabajadores de la instalación a un albergue provisional en Brihuega para ser debidamente asistidos.
Ante esta situación, se simuló que la Dirección del Plan de Emergencia Exterior del Almacenamiento Subterráneo de Gas Natural de Yela decide su activación para conseguir la pronta resolución de la emergencia con medios y recursos externos a la planta.
También para almacenar hidrógeno
Guadalajara está en el mapa de los grandes proyectos europeos para alternativas energéticas de aquí a 2050. La provincia, que ya se está alicatando de arriba a abajo con paneles solares, como viene reseñando LA CRÓNICA desde hace tiempo, ha sido elegida para otro propósito. Desde hace meses, hay documentos oficiales en los que el subsuelo alcarreño está destinado a ser el gran almacén de hidrógeno de España.
Nombres como Iberdrola, Enagás o la británica BP están detrás de los movimientos que ya se van desvelando en España sobre el «hidrógeno verde», la nueva tendencia de moda para generar grandes expectativas de negocio.
Es precisamente Enagás una de las partícipes de un estudio continental, que se acaba de publicar el pasado mes de abril, y en el que figura el siguiente mapa:
En el informe, de 32 páginas y que ha podido consultar LA CRÓNICA, se confirma que el almacén de Guadalajara es el único previsto en España para guardar las reservas de hidrógeno del país.
El que administraciones, petroleras y gasísticas anden juntan con el hidrógeno por bandera tiene mucho sentido, ya que lo que se pretende es crear una red europea que utilice la actual red de gasoductos para el transporte de la nueva fuente de energía. Enagás tiene, precisamente, una red 11.000 kilómetros y un gran almacén subterráneo de gas… en Yela, cerca de Brihuega, en plena Alcarria y a 2.300 metros de profundidad.
¿Por qué hay que guardar el hidrógeno bajo tierra?
La industria de la energía asume que los costes de almacenamiento en depósitos en superficie son tan elevados que lo hacen inviable para un periodo prolongado. Así lo ratifica un informe de la Agencia Internacional de la Energía, publicado en 2019 y consultado por este diario.
La alternativa, como adivinará el lector fácilmente a estas alturas de la información, es usar los almacenamientos geológicos naturales, como es el caso de los acuíferos. «Estos recursos son utilizados para el almacenamiento de gas natural, pero se encuentran en desarrollo proyectos que permitan evaluar la viabilidad de su uso para almacenar hidrógeno en España, debido a su alta eficiencia y bajos costes operativos». No obstante, en los documentos consultados también se resalta que «los requisitos de presión mínima de mantenimiento restringen su uso presente, debiendo centrarse el esfuerzo de investigación en asegurar que su potencial utilización en el largo plazo se realice de forma completamente segura para las personas y el medio ambiente».
La exigencia de recurrir a acuíferos para almacenes como el de Guadalajara es doble: la pérdida rápida y continua que se produce cuando se hace en superficie y, junto con ello, la necesidad de disponer de existencias estables ante una producción que no será continua, al estar vinculada a la energía aportada por el sol o el viento para conseguir el hidrógeno.
Un estudio publicado en la revista Energy and Environmental Science aborda los retos aún pendientes para el almacenamiento subterráneo de hidrógeno a gran escala. Porque aún hay muchas incertidumbres en este terreno.
Hidrógeno «español» e hidrógeno de paso
El papel de España en todo este gran proyecto europeo, que en buena medida lidera Alemania, tiene dos variantes complementarias. Por un lado, se pretende aprovechar el exceso de potencia instalada en fotovoltaica y eólica para la producción in situ de «hidrógeno verde». Por otro, y más importante, España estaría destinada a ser la vía de entrada a Europa del hidrógeno producido a bajo coste en África. Se da la paradoja histórica de que, más de un siglo después del auge de la colonización, los países occidentales se dispongan a volver a priorizar la opción de consumir energía generada en el Tercer Mundo, con la consiguiente estrategia de control sobre dichos estados.
En lo puramente técnico, los planes son que la red española se conecte con Francia
a Francia a través de los gasoductos ya existentes por Larrau (2035) e Irún (2040) y con la creación de una nueva línea a través de Cataluña en 2040. Se estima que las conexiones con el norte África podrían estar disponibles en 2035. ¿El destino prioritario? Europa central, obviamente.