Siempre se les llamó vagabundos, aunque ahora se les denomina oficialmente como «transeúntes». De un modo o de otro, estas personas sin hogar sufren de un modo especial la crisis del coronavirus. Los centros dedicados a su atención en Castilla-La Mancha no son ajenos al confinamiento impuesto por el Gobierno para evitar el contagio de la enfermedad
La delegada de Cáritas Diocesana de Sigüenza-Guadalajara, Lourdes López, explica que en el albergue de Betania hay actualmente 31 personas acogidas. La situación en el albergue es «tranquila» y los residentes están colaborando en todo momento con los trabajadores del centro. «Hay muy buen ambiente» y los residentes a lo largo del día se dedican a leer, a ver la televisión, pintar y a pasear en un pequeño jardín que tiene el centro.
En el albergue se está teniendo la máxima higiene y los desayunos, comidas y cenas. Al tener un comedor no muy amplio, se han establecido en tres turnos para que los ocupantes puedan tener una separación adecuada entre una persona y otra.
Además, el centro está cerrado porque está con la ocupación al cien por cien. Desde el Ayuntamiento y Cáritas se están buscando alternativas para habilitar algún local para las personas que puedan llegar y necesiten una acogida. Desde el centro guadalajareño también se han solicitado mascarillas y guantes a todas las empresas y la administración, pero la situación está «complicada», ha dicho López.
Finalmente, ha hecho un llamamiento a todas las personas que por la circunstancias que sea están en la calle para que, si quieren, acudan a Casa Nazaret. «Tenemos nuestra puerta abierta también en estos momentos y juntos buscaremos soluciones para que toda persona pueda vivir con la máxima dignidad», resalta.