Como los lectores de LA CRÓNICA muy probablemente ya conozcan, puesto que la convocatoria se ha venido anunciando desde hace días en lugar muy destacado de la portada de este diario, este martes se celebra en la Casa de América de Madrid una jornada muy especial.
A lo largo de todo el día, ponentes de primer nivel y una más que notable representación de la Administración y del Gobierno de España, compartirán foro con responsables de medios de comunicación españoles, entre los que se encuentra este diario, que atisba ya sus primeros 25 años de andadura.
El encuentro lo ha organizado CLABE, la asociación empresarial que aglutina a numerosas cabeceras españolas y a la que pertenece Faxmedia, la editora de LA CRÓNICA.
La apuesta de este 16 de octubre en Madrid es ambiciosa, ya que se pretende abordar en pocas horas, aunque con rigor y eficacia, una cuestión tan espinosa y de creciente relevancia como es la desinformación.
Años lleva Occidente en continuo estado de alarma por la profusión de bulos descontrolados en las redes sociales, esas mismas que aspiraban a dar por muertos a los medios de comunicación tradicionales y sustituirlos, en su beneficio, a marchas forzadas.
Las carencias de esos nuevos canales, que no ocultan pero sí condicionan sus innegables atractivos, han definido un nuevo territorio, en el que los periódicos, incluido este, están llamados a tener un papel protagonista. Paradojas inesperadas de los nuevos tiempos.
LA CRÓNICA es uno de diarios que han suscrito el manifiesto redactado con motivo de la jornada de este 16 de octubre en Madrid. En su docena de puntos se encierra el diagnóstico y se apunta el tratamiento de este mal que asola a las opiniones públicas del planeta. Por eso, además de vacunarse contra la desinformación leyendo y animando a leer cada día LA CRÓNICA, recomendamos la lectura atenta de lo que sigue. Nuestro futuro como sociedad depende de que, entre todos, terminemos de vencer a la desinformación, a un lado y a otro de la pantalla:
1- La desinformación es un problema que afecta a la calidad de nuestra democracia y a nuestro futuro en común.
2- La desinformación es una amenaza global que se adapta a contextos locales, adquiere diferentes formas y procedimientos y necesita respuestas locales en un marco de coordinación europea y global.
3- La desinformación tiene un impacto en la credibilidad y confianza depositada por la ciudadanía en las instituciones y en los agentes sociales que puede acabar afectando al progreso de los sectores económicos, científicos, culturales y sociales de nuestro país.
4- La desinformación hace más difícil el trabajo de todas las personas comprometidas con la salud democrática, económica, cultural y social porque tienen que dedicar mucho más tiempo y esfuerzo a verificar informaciones y buscar su trazabilidad.
5- Más información no es sinónimo de más democracia, pero mejor información aumenta la confianza y credibilidad de nuestras instituciones, empresas y organizaciones.
6- El ejercicio del periodismo y de la comunicación, en general, es un pilar democrático frente a la desinformación y se debe ajustar al compromiso social de informar con datos, fuentes contrastables y hechos.
7- Las medidas para combatir la desinformación deben partir de una mayor transparencia y rendición de cuentas de las administraciones públicas y de quienes -como las empresas, los medios de comunicación y otros agentes del sistema mediático, informativo y digital- juegan un papel social relevante.
8- Las soluciones y respuestas al fenómeno de la desinformación pasan por la colaboración y cooperación entre las instituciones públicas, el sector privado y la sociedad civil.
9- Reclamamos a las instituciones y a las organizaciones públicas y privadas un compromiso público que se traduzca en acciones concretas que ayuden a combatir la desinformación y supongan un rechazo evidente de prácticas dirigidas a confundir a la ciudadanía y condicionar la toma de decisiones.
10- La alfabetización mediática, digital y algorítmica se presenta como la principal solución y debe ser integrada de forma completa y dialogada en la educación secundaria y en las políticas públicas.
11- Demandamos una mayor colaboración entre instituciones y administraciones públicas, medios de comunicación, plataformas tecnológicas y organizaciones de la sociedad civil. En particular, durante periodos electorales para dar respuesta a posibles injerencias extranjeras en la lucha contra la desinformación.
12- Una sociedad comprometida con la verdad será siempre una sociedad más democrática, más fuerte y con un futuro en común más prometedor.
Los firmantes de esta declaración están comprometidos con el periodismo y la comunicación, comprometidos con la
información y comprometidos con la búsqueda constante de la verdad.