Lo viene advirtiendo LA CRÓNICA desde hace tiempo: la fotovoltaica está en trance de dejar alicatada, y para los restos, buena parte de la provincia de Guadalajara. Mediante alquileres por varias décadas, los antiguos agricultores y, sobre todo, sus herederos, ven ante sus ojos una rentabilidad para sus fincas muy por encima de lo que puede proporcionar cualquier cultivo. Y eso, además, sin trabajar la tierra ni depender de las subvenciones, siempre tan susceptibles de cambiar. Ni de la veleidosa sequía.
El temor a que todo cambie, y no necesariamente para bien del medio ambiente, es algo que viene preocupando, y ocupando, a Ecologistas en Acción desde tiempo atrás. Tanto es así que hace ya un año este mismo diario informaba de la decisión de ese colectivo de contratar un servicio jurídico y armar un equipo de voluntarios, doce personas como doce apóstoles, para intentar frenar la marea de paneles solares, que no deja de crecer. En principio, no parece que lo vayan consiguiendo.
Ahora, en los comienzos de la primavera de 2022, Ecologistas en Acción de Guadalajara ha presentado alegaciones a los proyectos Centauro, Bolearis y Polaris que se pretende levantar entre Fuentelahiguera de Albatages y Cabanillas del Campo, y que ocupan 714 hectáreas o el equivalente a más de 500 campos de fútbol. Su vallado perimetral será de más de 78 kilómetros. Donde más alarma han creado ha sido en Cabanillas, ante la cercanía de la instalación a las viviendas del campo de golf… ese mismo campo de golf que fue objeto de tantas críticas ecologistas antes, durante y después de su creación. El Ayuntamiento se ha puesto del lado de esos vecinos y planteará alegaciones.
Animaladas administrativas frente a animales en peligro
Para criticar estos proyectos concretos no les faltan argumentos «tradicionales». Sostienen que en estos parajes de Cabanillas existen poblaciones de águila imperial y real. El águila imperial ibérica Aquila adalberti, está considerada como especie en peligro de extinción en Castilla-La Mancha (Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha (Decreto 33/1998-CREACM), mientras el águila real, Aquila chrysaetos, está considerada como especie vulnerable. La planta sobre suelo cabanillero ocuparía 326 hectáreas de terreno de campeo y alimentación del águila imperial ibérica «afectando a 105,81 hectáreas» de la superficie de la zona identificada como de intensidad de uso alto del águila imperial ibérica», puntualizan.
El águila imperial ibérica está protegida como especie en peligro de extinción. Es una especie endémica, sólo se encuentra en España. Recordemos, eso sí, que esta hermosa no siempre parece ser igual de valorada. Sirvió, y de qué manera, hace dos años, para que la Consejería que dirige José Luis Escudero saliera más o menos airosamente del problema en la que ella sola se había metido al aprobar e inicialmente apoyar un vertedero industrial cerca de Yunquera y sobre suelo del término municipal de Guadalajara, que en nada molestaba a la capital de la provincia ni a sus responsables hasta que estalló la polémica. La existencia de una supuesta águila imperial en la zona facilitó el cambio de postura y la prohibición del macrovertedero.
Por lo demás, bien conocido es que en toda la zona se cría la avutarda, especie de la que España tiene la mitad de toda la población mundial y que ya ha servido para ganar algunas batallas emprendidas por los ecologistas. «También podemos encontrar el sisón, especie que empieza a considerarse su inclusión como “en peligro de extinción” en muchas autonomías», apostillan.
Los temores, y las certezas, de los ecologistas
«Esta ocupación de terreno y vallado perimetral de las plantas va a suponer perder suelos rústicos agrícolas para generar energía, va a destruir el hábitat de las aves esteparias y la zona de caza, campeo y dispersión de especies únicas y protegidas como el águila imperial, además de generar un impacto barrera para la fauna silvestre de varias decenas de kilómetros», resaltan desde Ecologistas en Acción.
A su juicio, tanto la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha como el Gobierno Central han generado un caos, «que acabará en una burbuja» económica, al no haber planificado adecuadamente la potencia instalada que conviene autorizar «permitiendo que las grandes compañías eléctricas de este país creen filiales y presenten proyectos a diestro y siniestro por todo el territorio».
Lo que nadie puede negar es que la Administración está permitiendo la fragmentación de proyectos, como ha ocurrido con el más famoso, que es el de Solaria en Trillo y otros pueblos de la comarca. Allí se ha limitado la potencia teórica de cada uno de ellos para quedar justo en el límite que facilita la aprobación por parte de la Junta, sin tener que llegar al Gobierno de España… como hubiera sido inevitable en caso de presentar un único proyecto por el total. Todo sea con tal de evitarse trámites enojosos.
Desde Ecologistas en Acción resaltan que ese mismo procedimiento propicia el incumplimiento de la Ley de Evaluación de impacto ambiental «ya que no se están evaluando la acumulación de proyectos, como es el caso que nos ocupa». De hecho, se están planteando presentar una queja ante el Defensor del Pueblo y ante la Comisión de Peticiones de la Unión Europea, por tal dejación de la Administración.
Problemas para Fuentelahiguera
El emplazamiento de la planta Polaris afecta a 27 hectáreas de superficie considerada como de alta concentración de aves esteparias. El pueblo de Fuentelahiguera de Albatages queda a menos de menos de un kilómetro.
A su vez, el proyecto Borealis tendría incidencia, según los ecologistas, sobre «la red hidrológica lagunar de la Campiña en el término de Fuentelahiguera. El Navatuelo, laguna en la zona de La Pililla, lagunilla asociada al arroyo de Mendoza, laguna de las Pilas, Casa cazadora, Boquilla del Charco… que forman parte de la red lagunar de las lagunas de la Raña de Uceda y que son un auténtico corredor ecológico».
¿Cuál es la alternativa?
Frente a este tipo de parques solares, Ecologistas en Acción Guadalajara apuesta por la reducción de los consumos, por la eficiencia energética y por la producción renovable «en lugares humanizados», como tejados y polígonos industriales.
«Mientras quede un solo tejado libre no se debería permitir este tipo de instalaciones en el medio natural».
No parece que la tendencia vaya por ahí…