La Guardia Civil ha detenido en Canales de Molina a dos personas como presuntas autoras
de un delito contra la flora y fauna además de otro de desobediencia grave a agentes de la
autoridad.
Fue en la madrugada del pasado jueves cuando una patrulla de la Guardia Civil de Molina de Aragón que se encontraba en la carretera N-211, a la altura de Selas, vio que un vehículo «circulaba de forma irregular, frenando y acelerando en repetidas ocasiones», según fuentes de la Comandancia de Guadalajara. Era la primera madrugada en mucho tiempo en que no llovía, lo cual resultó no ser una casualidad.
Visto ese comportamiento, decidieron hacer parar el vehículo para identificar a su conductor que, sin embargo, optó por pisar el acelerador y darse a la fuga.
Al final, fue interceptado en Canales de Molina… aunque ahí no terminó la peripecia.
En ese segundo intento de identificación del vehículo, el conductor permaneció sentado, pero no así el acompañante, que echó a correr campo a través. Fue detenido una hora más tarde por otra patrulla de la Guardia Civil procedente de Trillo y que también participó en el operativo. Fue localizado escondido, tumbado en el suelo, entre unos arbustos.
Según se comprobó, este individuo llevaba encima un rifle con un visor térmico y dos mochilas que contenían un cuchillo, una navaja con restos de pelos y sangre, la cabeza de un corzo y munición de rifle. Una carga que no ayudó precisamente ni a correr ni a pasar desapercibido.
Por los hechos expuestos, la Guardia Civil instruyó diligencias por la detención de ambos, de 51 y 25 años, residentes en la provincia de Toledo, como presuntos autores de un delito contra la flora y fauna, y otro de desobediencia grave, que fueron entregadas junto con los detenidos en el juzgado de instrucción de Molina de Aragón.