Accidentado resultó el encierro llevado a cabo en la tarde del sábado, 17 de agosto, por las calles de Pastrana. Como se puede observar en el vídeo que acompaña a estas lineas, en un momento determinado uno de los tres astados se acerca hasta el vallado que cerraba una de las calles transversales al recorrido. Con la testuz, topa contra los hierros y consigue traspasar limpiamente esa insuficiente protección, provocando el estupo general y varios heridos.
Sin embargo, no fue este el momento más peligroso del festejo. Tras irrumpir fuera del recorrido, ese ejemplar lo único que provocó fueron varios contusionados, a raíz de los golpes causados en la confusión que se desató.
Según ha podido saber LA CRÓNICA, uno de los lesionados de mayor gravedad es un sacerdote, pastranero, atendido de una herida por asta a la salida del encierro, en las inmediaciones de la Plaza de Toros. Uno de los toros le infirió una cornada en la pierna que requirió diez puntos de sutura. Le acompañaba otra persona, presumiblemente sacerdote también, llegado de Huelva, que también hubo de ser atendido de urgencia en una ambulancia, en la propia Pastrana. Se le intervino de una fractura de tibia y peroné, de pronóstico grave. Alguna de las consultadas por este periódico sostienen que este herido no sería cura sino seglar.
Otro asistente al encierro resultó herido en la Calle Mayor, con fractura de rodilla causada por un manso.