Castilla-La Mancha era, con datos cerrados a 31 de diciembre de 2019, la comunidad autónoma donde los pacientes tardan más en ser operados. La espera media para entrar en el quirófano es de 163 días.
Más de un tercio del total, exactamente el 36% de los que están esperando, tardan en ver realizada su operación más de seis meses, un apartado del ranking que también encabeza el SESCAM.
La ratio es de 18,50 pacientes esperando por cada 1.000 habitantes.
Como contrapunto, los castellanomanchegos solo tienen que esperar 42 días para conseguir ver a un especialista, cifra solo mejorada por Galicia, Madrid y País Vasco.