Nada que fotografiar más que las banderas del Ayuntamiento a media asta. El fotógrafo de LA CRÓNICA ha vuelto de la calle (no hay confinamiento para los servicios esenciales, ya saben) con la imagen de la fachada, en la Plaza Mayor.
Ni una brizna de aire que moviera las telas en los mástiles. Nadie en la calle.
En este Domingo de Ramos no ha habido borriquilla que procesionar, ni dudas sobre qué políticos se aferrarían en San Ginés a los ramos traídos de Elche, a punto de ser bendecidos.
Nada de estreno más que la esperanza de salir con bien del coronavirus. Esa sí que la renovamos todos los días.