El Hospital de Día de Diálisis del Hospital Universitario de Guadalajara, ha iniciado este lunes su actividad en el edificio de ampliación.
En estos momentos se encuentran en el edificio de ampliación los servicios de Urgencias y las hospitalizaciones geriátrica, psiquiátrica, oncohematológica, pediátrica, obstétrica y de los distintos servicios quirúrgicos.
Con este último traslado se completa además la apertura de los hospitales de Día, el Hospital de Día Onco-Hematológico, Geriatría y Salud Mental, a los que este lunes se ha sumado el de Diálisis.
También, están ya en la zona nueva los servicios de Medicina Preventiva, Informática, Compras y la Unidad de Calidad, además del Bloque Quirúrgico completo y el paritorio.
¿En qué mejoran las diálisis?
El traslado a las nuevas dependencias supone que el servicio de Nefrología cuente en su hospital de día de Diálisis con más puestos de tratamiento, pasando de 16 a 24, de los que cuatro son boxes para pacientes hospitalizados que precisan ser dializados.
Además, cuenta con salas para la formación de profesionales y también espacios para la formación de pacientes. En este aspecto, tal y como explica el jefe de Nefrología del Hospital de Guadalajara, Gabriel de Arriba, «contar con estos nuevos espacios va a facilitar la formación y el entrenamiento de los pacientes y así potenciar las terapias domiciliarias».
Otro de los aspectos a destacar es el espacio, «con mayor comodidad tanto para los pacientes como para los profesionales, mayor agilidad en la gestión de los pacientes y mayor intimidad entre los puestos de tratamiento».
Asimismo, incide el doctor De Arriba, se gana en seguridad al incorporar dos boxes específicos para pacientes inmunodeprimidos o con patologías que aconsejen su aislamiento.
También en materia de seguridad es importante señalar que las nuevas instalaciones tienen acceso directo desde la calle, lo que evita tránsitos por el hospital a los pacientes, que en muchos casos son vulnerables.
Su estreno también ha supuesto renovar todos los monitores de hemodiálisis.
Por otro lado, la zona de consultas externas de Nefrología y los espacios para la formación de los pacientes en diálisis peritoneal mantienen su ubicación actual en el edificio antiguo; y es la sala de tratamiento de hemodiálisis y la formación de los pacientes de hemodiálisis domiciliaria lo que ha trasladado su actividad a la zona nueva.
El servicio de Nefrología del Hospital de Guadalajara cuenta con nueve facultativos y 20 enfermeras, entre otros profesionales.
De ellos, se destinan a la sala de tratamiento de hemodiálisis hospitalaria cuatro facultativos y 16 enfermeras, además de doce técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería, una secretaria y un celador.
INCREMENTO DE LA ACTIVIDAD
El pasado año, el servicio de Nefrología atendió a más de 300 enfermos renales. De todos ellos, 62 fueron pacientes crónicos en hemodiálisis hospitalaria y se aplicaron alrededor de 10.000 tratamientos.
Asimismo, se trató a 94 personas en el centro de hemodiálisis extrahospitalaria, a los que hay que sumar las terapias domiciliarias, con 29 pacientes en diálisis peritoneal y cinco en hemodiálisis domiciliaria.
Finalmente, el servicio hace seguimiento periódico a 150 pacientes trasplantados.
La Junta destaca que de los 62 enfermos crónicos que se trataron en 2023 en hemodiálisis hospitalaria, 43 eran pacientes nuevos, cifra muy superior a los que se incorporaban años atrás.
Al respecto, el jefe de Nefrología ha advertido que se ha duplicado en los últimos años el número de nuevos pacientes que precisan tratamiento renal sustitutivo.
El pasado año, de los 56 nuevos pacientes en tratamiento renal sustitutivo en Guadalajara, 43 se incorporaron a hemodiálisis y 13 a diálisis peritoneal.
Otros seis pacientes iniciaron hemodiálisis domiciliaria y 13 recibieron un trasplante renal.
En cuanto al futuro, desde el Hospital destacan que se va a seguir apostando por potenciar los tratamientos domiciliarios mediante la formación y entrenamiento a los pacientes.
La hemodiálisis domiciliaria, en la que Guadalajara está a la cabeza de la región, y la diálisis peritoneal permiten al paciente realizar la terapia en su domicilio, lo que reduce de una manera importante el impacto que supone el tratamiento renal sustitutivo para la autonomía y la calidad de vida de las personas.