La fusión de Caixabank y Bankia va a tener consecuencias inmediatas en toda España, en forma de despido de empleados y cierre de oficinas. También se notará en la provincia de Guadalajara, donde el banco resultante va a prescindir de 37 empleados sobre una plantilla conjunta actual de 206 personas. En cuanto a las oficinas afectadas, LA CRÓNICA está a la espera de poder conseguir la lista que se está barajando, que el banco no facilita pese a haberla solicitado.
Las cifras globales son contundentes: 8.291 empleados propuestos para el ERE y 1.534 oficinas que cerrarían sus puertas si se cumplen las previsiones iniciales. Ha sido en la segunda reunión con los sindicatos, llevada a cabo este martes, cuando se han conocido esos primeros datos.
Se quiere prescindir de un 18 por ciento de la plantilla. De ellos, 5.742 empleos pertenecen a la red de oficinas, 1.861 a los servicios centrales o las direcciones territoriales y los restantes 688, en otros departamentos. Y no habrá fases, sino despidos de una sola tacada, cuando se produzcan.
El reparto es desigual, visto sobre el mapa de España. En Madrid se quieren eliminar 1.511 puestos. En el resto de Castilla-La Mancha, Ciudad real perdería 72 empleos; Toledo, 63; Albacete, 50. En Cuenca se prevé prescindir de 13 empleados.
46.000 empleos con la fusión
A finales de 2020, Bankia y Caixabank sumaban en sus plantillas 46.000 empleados. Según ha trascendido, los recortes de personal afectarían a partes iguales a los mayores y menores de 50 años. Pero todo está por concretar.
Además de ser consecuencia de las economías de escala que lleva aparejada cualquier fusión, los nuevos responsables de Caixabank se escudan, para justificar este recorte, en la caída de ingresos y de los márgenes, más la lenta recuperación del crédito en un mercado que, muy probablemente, seguirá con tipos de interés bajos por bastante tiempo.