La consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, ha defendido este martes las cuotas aplicadas a la mujer, como instrumento para «acelerar la incorporación del talento femenino a todas las responsabilidades del mundo y de la vida, de la política, de los consejos de administración, entre otros. La cuota nunca puede ser el objetivo, sino el instrumento y ojalá en algún momento no sean necesarias y no haya que regularlas por ley».
Así se ha expresado la responsable regional de Igualdad en un foro en Toledo. Ahondando en esta cuestión, la consejera ha manifestado que las cuotas «han servido de mucho y todavía sirven porque aún no hemos conquistado la igualdad; ni material, ni real, ni efectiva del todo, pero los techos de cristal y los suelos pegajosos siguen existiendo y hay algunas barreras que todavía no hemos roto». Algo que, según ha razonado, está relacionado con estructuras sociales y formas de trabajar muy masculinizadas y con una falta de corresponsabilidad en el reparto de las tareas del cuidado y de las responsabilidades familiares, “hasta que esto no se consiga, será muy complicado que las mujeres nos podamos incorporar de verdad a tener carreras profesionales no interrumpidas permanentemente”.
Esfuerzo para acabar con la brecha laboral en el mundo rural
En relación con otros temas como la brecha laboral, Blanca Fernández ha explicado que principalmente se debe a dos cuestiones. La primera es que las mujeres no ocupan los mismos puestos de responsabilidad que los hombres debido que se hacen cargo de las responsabilidades familiares, lo que repercute en el salario; y la segunda es que los sectores más feminizados están peor pagados, a excepción del sector público de la educación y la sanidad.
En cualquier caso, se ha mostrado convencida de que “no hay empleos femeninos ni masculinos, están más feminizados o más masculinizados, pero cualquier mujer es capaz de hacer cualquier trabajo, y también cualquier hombre”. Y en ese sentido, ha manifestado que el Gobierno de Castilla-La Mancha trabaja para “romper esas barreras, centrándose en el medio rural, en el sector primario, en la industria agroalimentaria, y en el mundo del cooperativismo que es lo que puede hacer que las mujeres se sigan quedando a vivir en sus pueblos”.
Acabar con la violencia machista
En relación con esta cuestión, Blanca Fernández ha repasado algunos aspectos como el reconocimiento por parte de la sociedad de las diferentes formas de violencia machista existentes como la de control, la económica, la psicológica, la emocional, la física o la sexual, lo que ha conducido a que aflore más la violencia. También ha abordado nuevos fenómenos relacionados con las nuevas tecnologías y las redes sociales que facilitan que la adolescencia y la juventud accedan a contenidos sin limitación como la pornografía, “que está sustituyendo a la educación sexual desde el punto de vista de la igualdad y del respeto, lo que puede provocar un problema en el corto, el medio y el largo plazo que tendríamos que atajar con inteligencia, sensatez y moderación”.
En cuanto a Castilla-La Mancha, Blanca Fernández ha explicado que en la región no se puede hablar de luchar contra la violencia machista si no se habla del medio rural “porque Castilla-La Mancha es rural”. En ese sentido ha recordado que “contamos con 84 centros con una media de tres técnicas”, lo que significa un esfuerzo económico muy importante en una región que cuenta con casi 1.000 municipios. “O lo hacemos así o dejamos desamparadas a muchas mujeres que viven en el medo rural”, ha concluido la consejera.
Fernández también ha criticado las posiciones negacionistas “que están haciendo mucho daño a las víctimas y empoderando a los maltratadores”, por lo que “hay que combatir la idea del negacionismo, porque la violencia machista existe” y las víctimas más vulnerables son las niñas y los niños. Al respecto, ha recordado que en los últimos 20 años los recursos de acogida de Castilla-La Mancha han acogido más de 15.000 mujeres, niñas y niños o que Castilla-La Mancha dispone de programas de asistencia psicológica a menores que padecen secuelas emocionales por la violencia ejercida contra sus madres.
Para finalizar, y en relación con la violencia vicaria, la consejera ha manifestado que la Ley de Infancia aprobada hace unos meses ha dado pasos importantes porque la reconoce como un tipo específico de violencia y establece mecanismos específicos de protección.