En la antigua calle de Moscardó Guzmán, que en la actualidad se llama calle de Brianda de Mendoza y Luna, se produjo en la tarde del sábado, 6 de julio de 2024, una inesperada intervención de los bomberos de Guadalajara, que se saldó con el desalojo de numerosas viviendas, pero sin más daños que los materiales registrado en un piso.
Fue en la cocina de una novena planta donde se produjeron las llamas, en una campana extractora. Según las primeras impresiones, se trató esta vez de un problema eléctrico, ya que los intervenientes comprobaron que los cables estaban pelados, según ha podido conocer LA CRÓNICA.
La llegada de las dotaciones del parque de Guadalajara se produjo a las cuatro y cuarto de la tarde, con la complicación de que no se podía hacer uso de la autoescala, como ilustra muy bien la fotografía que acompaña estas líneas.
Las personas que se encontraban en ese momento en la vivienda habían intentado apagar las llamas con un extintor doméstico, lo que facilitó en parte la tarea de los bomberos que, pese a ello, fue prolija y se prolongó en el tiempo.
Si bien las llamas no constituyeron un gran problema, sí que lo fue la intensa humareda provocada, circunstancia que obligó al desalojó total del resto de viviendas de la escalera, por el riesgo de intoxicación para sus ocupantes.
Con un ventilador instalado a la altura de la quinta planta se logró purificar lo suficiente el aire como para que los vecinos pudieran volver, después del susto, a sus viviendas.